El escritor cristiano jordano Nahed Hattar fue asesinado hoy en Ammán tras verse envuelto en un caso judicial por difundir una caricatura considerada blasfema e insultante para el islam, lo que despertó los temores a la tensión sectaria.
Un hombre, supuestamente de tendencia islamista extremista, disparó a Hattar frente al Palacio de Justicia de la capital de Jordania, donde el escritor tenía hoy cita con los tribunales.
Hattar, que murió a causa de sus heridas en el hospital, era juzgado por compartir en su cuenta de Facebook una caricatura en la que se mostraba a un musulmán en el paraíso yaciendo en la cama con una mujer y pidiendo a Alá que le sirva vino.
Detenido en agosto, pero liberado bajo fianza el pasado día 8, fue acusado de publicar material que puede "provocar un conflicto sectario e insultar los sentimientos y creencias religiosas".
Las autoridades jordanas detuvieron al agresor y lo están interrogando, según la agencia oficial de noticias, Petra, que no reveló la identidad del asesino.
Otros medios jordanos lo identificaron como Riyad Abdalá, un ingeniero de 49 años que dirigió en el pasado el rezo en un mezquita y que se cree que tenía una ideología radical.
La difusión por parte de Hattar de la caricatura el pasado agosto provocó airadas reacciones en las redes sociales y amenazas, lo que llevó a las autoridades jordanas a emprender medidas legales.
El escritor, que en un primer momento se escondió pero acabó entregándose a la Justicia, aseguró que la viñeta solo reflejaba "el comportamiento de los terroristas" del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
No obstante, la caricatura no aludía explícitamente al EI, e incluso su abogado habitual rechazó defenderlo en este caso tan polémico.
El organismo oficial encargado de emitir edictos religiosos en Jordania condenó en su momento la caricatura y afirmó que "el dibujo sacrílego del Todopoderoso solo aumentará el odio y sembrará la discordia en el país".
Tras el asesinato hoy de Hattar, el portavoz del Gobierno jordano, Mohamed Momani, aseguró en un comunicado que el autor de este "crimen horrible" será duramente castigado.
Momani advirtió asimismo contra la "explotación de este crimen para difundir la retórica de odio", que es "ajena" a la sociedad jordana.
Los temores a una escalada de la tensión confesional quedaron reflejados también en las declaraciones del Frente de Acción Islámica (FAI), brazo político de los Hermanos Musulmanes, principal grupo opositor.
El FAI criticó a quienes toman la justicia por su mano y pidió que este asesinato "no provoque tensión" entre musulmanes y cristianos en el pequeño reino.
De igual modo, la Cámara alta del Parlamento instó a preservar "la unidad y la convivencia", así como a "oponerse a los provocadores de la división y del terrorismo".
Hattar pertenecía a la minoría cristiana, que representa el 5 por ciento de la población de Jordania, un país de 6,6 millones de habitantes y de mayoría musulmana.
Tras su muerte, cientos de personas se manifestaron en la localidad de Fuheis, cercana a la capital y de mayoría cristiana, en protesta por el asesinato y para pedir la dimisión del primer ministro, Hani al Mulqui, y el titular de Interior, Salameh Hamad.
Uno de los participantes en la protesta explicó a Efe que las autoridades no protegieron a Hattar, cuya tribu es oriunda de Fuheis, pese a que este recibió decenas de amenazas antes de su trágico final.
También culpó al Gobierno su hermano Jaled, quien dijo a los periodistas en el hospital que las autoridades "fracasaron a la hora de garantizar su seguridad".
Mientras, la página web de noticias Ammonnews difundió el último artículo escrito por Hattar, que no había sido publicado hasta el día de hoy y en el cual critica el nuevo sistema electoral jordano, bajo el que fueron celebrados los pasados comicios legislativos, esta misma semana.
El escritor asesinado había formado parte del Partido Comunista Jordano hasta la década de 1980, cuando fue arrestado durante dos años, y siguió siendo un defensor de ideas marxistas después de abandonar la formación política.
Hattar desarrolló una buena relación con el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y con sus aliados del grupo libanés chií Hizbulá, que luchan actualmente en Siria contra facciones islamistas y grupos extremistas como el EI.
Un amigo cercano de Hattar, Ahmad Jalil, dijo a Efe que el escritor presentó hace tan solo cuatro meses un libro sobre el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá y el papel de la milicia en la resistencia frente a Israel y en su apoyo al régimen de Al Asad, que se suma a otras obras anteriores también críticas con el "enemigo sionista".
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