La parte oriental de Aleppo, en el norte de Siria, que se encuentra bajo control de los rebeldes opositores, sufrió hoy decenas de ataques aéreos contra infraestructuras de los servicios de emergencias y refugios subterráneos que utiliza la población, que además no puede abandonar la zona.
En el segundo día consecutivo de bombardeos, la población está encerrada en sus casas sin poder salir de la ciudad y exige un corredor humanitario para poder marcharse, aseguró Ibrahim al Hajj, de los "Cascos Blancos", un grupo de voluntarios que asiste a las víctimas civiles de la guerra.
En un comunicado difundido en la noche del jueves, en el que anunciaba una prevista ofensiva sobre el terreno para recuperar el este de la ciudad, el Gobierno de Damasco había prometido que
permitiría a los residentes huir a las áreas occidentales bajo su control.
La ONU estima que unas 250 mil personas se encuentran atrapadas en las zonas bajo control rebelde.
"Nada de lo que el régimen dijo sobre los corredores es real, nada. ¿Cómo podemos movernos en las calles si no no sentimos seguros? Si fuera real, podríamos marcharnos ahora", señaló Mustafa, un hombre de 48 años que vive con sus dos padres ancianos, su mujer y su hija en Aleppo.
"Sólo quieren un corredor humanitario para salir de Alepo y nada más, quieren una carretera para abandonar Aleppo", aseguró Al Hajj.
"La gente está esperando la gracia de dios. Nadie sale de sus casas".
Los activistas opositores, sin embargo, desafiaron al Gobierno con un mensaje en Facebook: "Bombardéennos, mátennos de hambre (...) no importa lo que hagan, nos quedaremos aquí", señalaron en respuesta al mensaje de Damasco.
En los ataques de los últimos días en Alepo han muerto decenas de personas, incluyendo niños, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Los ataques aéreos incluyen el uso de bombas incendiarias y de racimo, según la población, que culpa a las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad y a los rusos, el principal aliado del
Gobierno de los ataques aéreos.
"Sentimos cómo tiembla la tierra bajo nuestros pies. Aleppo está ardiendo", dijo a dpa el activista Bahaa al Halabi desde los distritos rebeldes. "La gente no está segura ya ni siquiera en sus
refugios", señaló el residente Yassin Abu Raed. Otros aseguraron que los ataques están destruyendo los refugios subterráneos construidos por los habitantes.
Las infraestructuras de agua han resultado muy dañadas y la ayuda humanitaria lleva semanas sin llegar al distrito bajo control rebelde, según la agencias humanitarias. "Hay entre 250 mil y 270 mil personas necesitadas", dijo el portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Ginebra, Jens Laerke. En todo el país hay muchas personas que no están recibiendo la ayuda que precisan, agregó. "Esta situación es nefasta", agregó.
El Ejército sirio anunció en la noche del jueves una invasión en los distritos orientales, aunque parece haberse retrasado. "El régimen y los rusos están llevando a cabo fuertes ataques como
preludio de su asalto terrestre", dijo a dpa Rami Abdel Rahman, director del Observatorio.
El conocido como Grupo de Apoyo a Siria no logró el jueves llegar a un acuerdo sobre la restauración de la tregua en ese país, rota tras el ataque el lunes a un convoy humanitario de la ONU al que se había permitido avanzar. Al menos 21 personas perdieron la vida y 18 camiones fueron destruidos en el ataque.