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La ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, vivió una jornada de disturbios, que se prolongó hasta las primeras horas de este miércoles, con saldo preliminar de al menos 12 policías heridos y patrullas destrozadas.
Las protestas se produjeron tras la muerte de Keith Lamont Scott, afroamericano de 43 años tiroteado por la policía.
"El sujeto salió del vehículo armado con una arma de fuego que suponía una amenaza de muerte inminente para los agentes, que seguidamente dispararon sus pistolas", señaló la policía de Charlotte.
Los agentes habían acudido al edificio para ejecutar una orden de detención contra otro hombre, al que no encontraron. El policía que mató a Scott ha sido identificado como Brentley Vinson y, según medios locales, también es afroamericano.
Familiares de Scott niegan que éste estuviese armado y explicaron que lo que sí llevaba era un libro que estaba leyendo mientras esperaba que un hijo suyo regresase de la escuela para recogerlo.
La alcaldesa de Charlotte, la mayor ciudad de Carolina del Norte con más de 825 mil habitantes y 35 por de población negra, Jennifer Roberts, aseguró que la comunidad "merece respuestas" y prometió una "investigación completa".
El cibersitio del Departamento de Transporte de North Carolina señaló que un tramo de la autopista próximo a Charlotte está cerrado en ambas direcciones por actividad policial.
El departamento de policía de Charlotte-Mecklenburg reportó en su cuenta de Twitter que los manifestantes destrozaron coches policiales y que aproximadamente 12 policías resultaron heridos, incluyendo uno que fue alcanzado en la cara por una piedra.
Al menos siete personas fueron transportadas al hospital con heridas leves, informó la cadena estadunidense de noticias CNN.
Fotografías e imágenes de televisión mostraron a agentes disparando gas lacrimógeno para dispersar a cientos de personas que se congregaron para pedir justicia. Algunos de los policías vestían equipos antimotines.
Las protestas en Charlotte se produjeron horas después de otra concentración en Tulsa, Oklahoma, por el asesinato de un afroestadounidense desarmado, también a manos de la policía.
Los manifestantes en Charlotte portaban con pancartas en las que se podía leer: "Dejar de matarnos", "Sin justicia no hay paz"o "Las vidas de los negros también importan".
En las últimas semanas, varias ciudades estadunidenses han registrado severos disturbios derivados por la muerte de personas de raza negra a manos de la policía. Dos de los casos más conocidos fueron en Baton Rouge, Lousiana, y en Saint Paul, Minnesota.
Según un recuento del diario The Washington Post, 172 personas negras han muerto a manos de la policía en lo que va de año.