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El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y el diario argentino La Nación (miembro del Grupo de Diarios de América, GDA) accedieron a lo que se ha llamado Bahama Leaks una nueva base de datos sensible. Esta vez, documentos con información sobre más de 175 mil sociedades offshore, fundaciones y fondos fiduciarios constituidos en las islas Bahamas entre 1990 y 2016, como así también sobre sus directivos y algunos de sus accionistas y "beneficiarios finales".
El material llegó al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) por medio del Süddeutsche Zeitung, el diario alemán que también obtuvo el material que conformaría los Panama Papers, cuya difusión desde abril de este año sacudió las finanzas internacionales y forzó las renuncias de múltiples funcionarios alrededor del mundo.
Con el material sobre Bahamas ya en su poder, ICIJ decidió subirlo a Internet donde puede ser revisado de manera gratuita por cualquier interesado en una base de datos combinada con la información asequible sobre los Panama Papers.
Los datos provenientes de Bahamas -que se niega a firmar el tratado de la OCDE de intercambio de información fiscal que ya rubricaron otros 130 países- aportan nueva información sobre sociedades controladas o dirigidas por actuales y ex funcionarios de América Latina y Estados Unidos, Europa, África, Asia y el Medio Oriente.
Entre los nombres más trascendentes aparece el holding Socma -que integró el presidente Mauricio Macri-, los hijos del ex mandatario Fernando de la Rúa, la comisionada de la Unión Europea (UE) para políticas de competencia comercial, Neelie Kroes, o el ex ministro colombiano de Energía, Carlos Caballero Argáez.
Ese material ahora disponible incluye precisiones además sobre los nombres de las sociedades, sus fechas de creación, los domicilios legales constituidos y su dirección postal, como así también, en ciertos casos, los nombres de sus directores.
A diferencia de los Panama Papers -con sus 11.6 millones de archivos que incluyen desde correos electrónicos, contratos, audios y copias escaneadas, entre otros documentos-, sin embargo, el material obtenido de Bahamas es más acotado. No aporta precisiones, por ejemplo, si los directores de una sociedad son sus verdaderos controlantes o apenas prestan su firma a cambio de una tarifa preacordada.
Aún así, la filtración ofrece nuevos datos e indicios -en especial en combinación con los Panamá Papers- sobre la forma de hacer negocios de políticos, empresarios y delincuentes de cuello blanco, como así también de abogados y banqueros dedicados a mover fortunas alrededor del mundo.
Así, por ejemplo, el material disponible incluye los nombres de 539 agentes registrados, es decir, los intermediarios entre las autoridades de Bahamas y los clientes que desean crear una compañía offshore. Entre ellos, los que trabajan para Mossack Fonseca, epicentro de los Panamá Papers, que montó al menos 15 mil 915 sociedades en esa constelación de 700 islas en el Caribe que llegó a promoverse a sí misma como "la Suiza del Oeste".
Su rol como declamado paraíso fiscal llevó, por ejemplo, a que la OCDE la incluyera en 2000 en su lista negra de lavadores de activos, para retirarla luego de que las autoridades locales impulsaran un paquete de reformas en nueve leyes. Aún así, en 2009 quedaron en una posición intermedia, conocida como la "lista gris" de la Organización, en tanto que la Unión Europea (UE) incluyó a ese país entre 30 paraísos fiscales "no cooperantes".
"Bahamas está a la par de Panamá en cuanto a su sed por -y tolerancia ante- el dinero negro", afirmó Nicolás Shaxson, autor del libro "Islas del Tesoro: paraísos fiscales y los hombres que se robaron el mundo", quien considera que el archipiélago es una de las jurisdicciones offshore con reputación más peligrosa que otras más grandes o conocidas como Suiza. "Lo que Bahamas está diciendo es 'mientras el resto está siendo transparente, tus secretos están seguros con nosotros".
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