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Unos cincuenta neonazis desfilaron hoy por la ciudad de Bautzen (este de Alemania) protegidos por un poderoso contingente policial para evitar enfrentamientos con refugiados, como los ocurridos el pasado miércoles en esa misma ciudad entre ultraderechistas y jóvenes asilados.
La marcha de los radicales había sido convocada para este domingo tras cancelarse a última hora otras convocatorias que habían sido anunciadas para el viernes y el sábado.
La pasada madrugada se produjo un amago de concentración neonazi en el centro de la ciudad, pero se disolvió sola al ser requeridos sus participantes a identificarse por la policía presente en el lugar.
En la localidad, de unos 40 mil habitantes, se respira un clima de gran tensión desde que el pasado febrero un incendió provocado destruyó un hotel habilitado para acoger refugiados.
Bautzen, en el estado federado de Sajonia, está considerado un bastión de la ultraderecha y tiene asimismo una fuerte implantación el movimiento islamófobo "Pegida", que surgió hace dos años en Dresde, la capital de ese "Land".
El pasado miércoles, unos 30 menores asilados se lanzaron con botellas y piedras contra unos 80 ultraderechistas, lo que degeneró en una batalla campal entre ambos grupos en medio de los intentos de la policía por separarlos.
Las autoridades locales reforzaron a partir de ahí la presencia de las fuerzas de seguridad de modo permanente en Bautzen, ya que a la tensión existente se sumaron las convocatorias de grupos izquierdistas para plantar cara a los neonazis.
Se estableció un control especial en la zona donde se produjeron los disturbios, que ya antes había sido escenario frecuente de encontronazos entre refugiados y neonazi y donde desde ahora la policía puede requerir a cualquier persona que se identifique.
Asimismo se impuso un toque de queda para los asilados, a partir de las 17.00 horas, y la prohibición de consumir alcohol en sus centros de acogida.
El nombre de Bautzen quedó identificado con ataques xenófobos después de que en febrero ardiera el hotel que debía acoger a los refugiados y de que la policía detuviera a tres personas que trataban de impedir la labor de los bomberos, mientras grupos de vecinos festejaban el fuego.
jlcg