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Caracas.— Miles de manifestantes acudieron ayer al llamado de la oposición venezolana en lo que fue denominado como La Cumbre del Pueblo, para exigir al Poder Electoral que establezca la fecha del último paso previo a la convocatoria de un referéndum revocatorio presidencial.
Al grito de “¡Y va a caer, va a caer, este gobierno va a caer!”, los manifestantes, varios de los cuales llevaban ollas para hacer un “cacerolazo”, exigieron infructuosamente a los agentes de la policía no bloquearles el paso. Tenían pensado avanzar hasta la avenida Libertador, pero los oficiales no lo permitieron, argumentando que no tenían permiso para marchar.
El cacerolazo también fue denominado Anticumbre, para contrastarla con la XVII reunión del Movimiento de países No Alineados (MNOAL), que se celebra en la isla venezolana de Margarita y en la que participan cancilleres y jefes de Estado de 120 países.
Sin embargo, diversos medios señalaron que los opositores no lograron congregar un gran número de manifestantes, en comparación con el movimiento del pasado 1 de septiembre, al que se dieron cita cerca de un millón de ciudadanos en la capital.
Analistas coinciden en que lograr el referéndum en 2016 será una lucha de resistencia y que en el camino la iniciativa seguirá encontrándose con muchos obstáculos. “La gran marcha del 1 de septiembre en Caracas tuvo su impacto político, pero eso no significa que el Consejo Nacional Electoral (CNE) va a cambiar, al contrario, en la práctica viene diciendo que se parará cada vez que la oposición convoca una marcha; ni el Tribunal Supremo ni el chavismo van a cambiar su posición mañana”, planteó Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
De hecho, el CNE suspendió ayer actividades debido a las protestas, que consideró como una amenaza para la seguridad de sus trabajadores.
“La realidad es que ésta es una lucha de resistencia, de largo aliento y el reto para la oposición es evitar las provocaciones de violencia que vendrán desde el chavismo y desde sus propios radicales, porque sólo con los votos puede llegar al poder con cierta estabilidad, porque el gobierno sabe que si el referéndum ocurre en 2016, estaría fuera del poder”, añadió.
El representante de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Carlos Caldera, sostuvo que la manifestación también buscaba mostrarle a los asistentes de la MNOAL que en Venezuela se vive una crisis. “Sepan que en Venezuela hay más de 14 millones de venezolanos que comen dos veces al día”, aseguró Caldera.
El diputado opositor Richard Blanco sostuvo que continuarán en jornadas de calle “les guste o no les guste ([al CNE]”, ya que, a su juicio, ha retrasado la fecha del revocatorio. “Si hoy la fecha que nos van a suministrar no permite que este año 2016 salgamos de la desgracia que significa tener un gobierno que está haciendo pasar hambre al pueblo (...), bueno, que cada quien asuma su responsabilidad”, agregó.
En Caracas, los opositores salieron del este de la ciudad para encontrarse en la avenida Libertador, pese a la existencia de un cordón policial que les impedía el paso al sitio.
El paso a seguir por los opositores para lograr el revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro consiste en recolectar firmas, equivalentes a 20% de los ciudadanos inscritos en el censo electoral, es decir, unos 4 millones de votantes.
Chavistas, con el mandatario. Cientos de seguidores del chavismo también se manifestaron ayer en varios estados venezolanos para expresar su apoyo a Maduro, en “defensa de la paz”, de las políticas de Estado y para celebrar que el país asume la presidencia del MNOAL.
Estamos aquí para “celebrar y dar la bienvenida a este nuevo logro de la patria, la Cumbre de Países del Movimiento No Alineados y la presidencia que asume el presidente Nicolás Maduro por los próximos tres años”, dijo el diputado oficialista Elías Jaua al canal estatal VTV.
La manifestación de los oficialistas en Caracas que culminó en la plaza Diego Ibarra, ubicada en el centro de la ciudad, contó con la participación de trabajadores de instituciones del Estado, de motociclistas, diputados y algunos ministros.
La dirigente del gobernante Partido Socialista Unido (PSUV), Blanca Eekhout, reiteró que el chavismo se encuentra en las calles “en paz” y ratificando su “compromiso con la democracia protagónica y participativa”.