El gobierno británico aprobó el jueves la construcción de la primera planta nuclear del país en décadas, que contará con inversión china.
El ejecutivo explicó en un comunicado que "decidió proseguir" con la planta Hinkley Point.
La primera ministra, Theresa May, paralizó el acuerdo de forma inesperada tras su llegada al cargo el pasado julio. Dijo que quería revisar la planta que se construirá en el suroeste de Inglaterra y que estará financiada por un proveedor chino de energía nuclear y por el gigante energético francés EDF.
El embajador de China en Gran Bretaña advirtió que la decisión había dejado la relación entre Londres y Beijing en una encrucijada.
Gran Bretaña dijo el jueves que el acuerdo de Hinkley incluirá nuevas medidas para garantizar la seguridad. Además impondrá "nuevas protecciones significativas" ante futuras inversiones extranjeras en infraestructuras británicas vitales, incluyendo la energía nuclear.