La esposa del presidente estadounidense, Michelle Obama, cree que para su familia, sobre todo para sus hijas, será duro decir adiós a la Casa Blanca, según dijo el martes en el programa de televisión de Ellen DeGeneres.

La primera dama está segura de que la familia echará de menos a los empleados de la Casa Blanca una vez que termine el segundo mandato de su marido, Barack Obama.

"Hay que tener en cuenta que las chicas crecieron allí. (...) Vemos a los empleados (de la Casa Blanca) todos los días, nos han ayudado a criar a nuestras hijas, nos han querido, se han ocupado de nosotros", explicó.

Según Michelle Obama, a sus hijas les espera una "etapa difícil". Malia, de 18 años, y Sasha, de 15, creen estar preparadas para ese paso pero no es fácil mudarse del lugar en el que uno ha crecido, apuntó la primera dama. "No podrán tocar a la puerta y preguntar si pueden volver a ver su habitación", apuntó.

El presidente y la primera dama quieren que sus hijas aprecien lo que significa pasear por los jardines de la Casa Blanca o sentarse en el balcón Truman. "Queremos que tengan unos bonitos recuerdos".

jlcg

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