Hillary Clinton reanudará sus viajes de campaña el jueves tras tener que descansar por una neumonía.

La candidata presidencial demócrata pasó el martes leyendo material de sesiones informativas y haciendo llamadas telefónicas, dijo su portavoz Nick Merrill. También vio al presidente Barack Obama en campaña a nombre suyo en Filadelfia.

Clinton tenía planeado hacer campaña el miércoles en Las Vegas. El ex presidente Bill Clinton encabezará el evento en lugar de ella.

A la candidata le fue diagnosticada neumonía el viernes, pero su campaña no dio a conocer la enfermedad hasta el domingo, después de que se divulgó un video en el que se le veía trastabillar y ser sostenida por asesores tras salir abruptamente de un evento conmemorativo por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

La salud de los aspirantes presidenciales se ha convertido en el tema central de la semana en Estados Unidos. Los fallos de comunicación de la campaña de Hillary Clinton ocultando el diagnóstico de una neumonía y también un mareo por un golpe de calor y deshidratación durante el memorial de recuerdo del 11-S, han puesto al frente de todo este asunto las dudas sobre la realidad del estado físico de la demócrata.

Reacia a hacer caso a las recomendaciones médicas, esta vez sí aceptó poner su campaña en pausa durante al menos dos días: los primeros de descanso en 17 meses.

“¡Gracias a todos los que han mandado buenos deseos! Me siento bien y mejorando”, escribió Hillary en Twitter.

La salud de Hillary Clinton asusta a los demócratas. No sólo por las razones médicas que puedan entorpecer una posible administración de la abanderada, sino porque vuelve a poner de manifiesto los problemas de credibilidad de su campaña.

La campaña de Clinton no ha podido más que aceptar las críticas y confesar los errores. “Viéndolo en retrospectiva, me hubiera gustado más haberlo anunciado antes”, reconoció el jefe de campaña de la demócrata, Robby Mook. “Lo podríamos haber hecho mucho mejor”, admitió también la jefa de Comunicación, Jennifer Palmieri.

Para tratar de aplacar la controversia, el equipo de Clinton anunció que hará públicos más detalles del historial médico de la candidata. “Que el pueblo estadounidense tenga un cierto conocimiento de la salud de su presidente es una propuesta de bastante sentido común”, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

La transparencia en las elecciones estadounidenses se resume en salud, finanzas personales y este año de forma especial por la edad de los contendientes (Clinton cumple 69 el próximo octubre, Trump ya tiene 70). También importa su grado de celebridad.

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