Hillary Clinton pareció perder el equilibrio tras retirarse de la ceremonia por los atentados del 11 de septiembre de 2001, lo que puso en primer plano el tema de su salud en una campaña en la cual los dos candidatos principales están entre los de mayor edad en la historia de la contienda presidencial y han revelado una cantidad limitada de su historial médico.
La candidata demócrata "se acaloró en exceso y se deshidrató" al retirarse de la ceremonia en la zona de los atentados después de aproximadamente 90 minutos, dijo su doctora. Un video de su partida mostró que Clinton pareció tambalearse al tiempo que tres miembros de su personal la sostuvieron para ingresar a una camioneta.
La ex secretaria de Estado emergió más tarde de un apartamento de su hija cerca de allí y dijo que se sentía "muy bien", y su doctora señaló que Clinton se está recuperando "bastante bien". No obstante, el episodio puso la atención en la salud de la candidata cuando faltan ocho semanas para unas elecciones en las que su rival republicano Donald Trump, de 70 años, ha buscado sembrar dudas respecto a la salud y condición física de ella para gobernar.
El multimillonario también asistió a la ceremonia conmemorativa del domingo, y cuando se le preguntó sobre lo ocurrido a Clinton respondió "no estoy enterado". Trump ha puesto en tela de juicio reiteradamente el estado de salud de Clinton, y el mes pasado les dijo a los reporteros que ella "carece de la energía mental y física" para prestar servicio como presidente y combatir a los extremistas del grupo Estado Islámico.
Es una acusación que Clinton ha buscado minimizar calificándola como "estrategia absurda" de Trump y evidencia de que él adopta "una realidad alterna". Ella se burló de tal idea el mes pasado durante una aparición en el programa "Jimmy Kimmel Live" de la cadena de televisión ABC, y en broma abrió un frasco de conservas como prueba de su energía.
A pesar del enfoque intenso sobre el hecho de que Clinton se haya sentido mal el domingo, Arthur Caplan, especialista en bioética en el Centro Médico de la Universidad Langone en Nueva York, dijo que el acontecimiento no les dice nada a los votantes respecto al estado de salud de Clinton.
"Hay muchísima gente que puede trastabillar en un día caluroso y húmedo por muchas razones", señaló Caplan. "Sin un examen, sin tener un historial (...) uno no tiene bases para decir nada".
Horas más tarde, la oficina de campaña de Clinton proporcionó una explicación, al dar a conocer un comunicado de su doctora, Lisa Bardack, en el que indicó que su paciente fue diagnosticada el viernes con neumonía.
"Se le administraron antibióticos, y se le aconsejó descanso y que modificara su calendario", dijo Bardack en el texto. "Durante el evento de esta mañana, ella se acaloró excesivamente y se deshidrató. La acabo de examinar y ahora está hidratada y recuperándose bien".
En 2008, el candidato presidencial republicano John McCain dio a conocer más de mil páginas de su historial médico con el fin de mostrar que estaba libre de cáncer y en buena condición física para prestar servicio como presidente a los 71 años de edad. Ni Clinton ni Trump han revelado datos médicos que se acerquen a ese nivel de detalle.
Bardack, médico internista que ha sido la doctora personal de Clinton desde 2001, publicó en julio de 2015 una carta de dos páginas en la que decía que la candidata estaba en "excelente condición física para prestar servicio como presidenta de Estados Unidos". Si gana la Casa Blanca tendrá 69 años recién cumplidos.
El gastroenterólogo de Trump, el doctor Harold Bornstein, escribió una carta de cuatro párrafos en la que afirmó que su paciente sería el "individuo más sano que haya sido elegido presidente". Posteriormente dijo a NBC News que sólo le tomó cinco minutos redactarla.
Aunque Clinton ha publicado más información que Trump en materia de salud, Caplan dijo que ninguno de los dos candidatos ha ofrecido a los votantes antecedentes suficientes. Señaló que, idealmente, los candidatos presidenciales deberían permitir que un panel independiente evalúe su salud.
"Ya que no podemos hacer que ocurra en materia fiscal, no creo que lo logremos para la salud", agregó en referencia al rechazo de Trump a presentar sus registros fiscales, como ya lo hizo Clinton.
En un podcast de campaña del mes pasado, la demócrata dijo que hace yoga y se ejercita en una caminadora. Trump, famoso por cenar comida rápida con regularidad, ha dicho que la mayor parte del ejercicio que realiza es jugar golf y hablar en un podio durante sus actos de campaña. Tiene planeado hablar sobre su régimen de salud durante una presentación en "The Dr. Oz Show".
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