Estambul.— Turquía está preparada para “tomar una decisión sobre el gasoducto del proyecto Turkish Stream”, dijo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en una entrevista publicada ayer en vísperas de su visita a Rusia.

Está previsto que el gasoducto propuesto comience en el sur de Rusia y llegue, a través del mar Negro, a Turquía y posiblemente también a Grecia.

La reunión de Erdogan con el presidente ruso Vladimir Putin, prevista para hoy en San Petersburgo, será la primera desde que un caza turco derribara un avión de combate ruso en la frontera siria en noviembre de 2015.

El incidente hizo que las relaciones, de por sí tensas, entre los dos países se enturbiaran gravemente, con sanciones económicas impiestas por Rusia a Turquía. En junio, Putin y Erdogan acordaron reunirse después de que Turquía lamentara el derribo del avión. Ankara fue duramente golpeada por las respuestas rusas al incidente.

Desde el acercamiento, Moscú levantó la prohibición de los vuelos chárter a Turquía. Justo antes de la reunión, Turquía también levantó la prohibición del portal de noticias leal al Kremlin Sputnik.

Turquía y Rusia no están de acuerdo en un gran número de temas, entre ellos la guerra civil siria, el conflicto en Ucrania y numerosos temas en Asia Central, dijo en Ankara Ozgur Unluhisarcikli, de la Fundación Marshall de Alemania.

Turquía considera que el apoyo ruso durante el intento de golpe ha sido “incondicional y desinteresado”, muy al contrario que en el caso de Estados Unidos y la Unión Europea, que no han ahorrado críticas a la deriva autoritaria que ha tomado Erdogan. “Occidente apoya el terror y se puso del lado de los golpistas. No hemos recibido de nuestros aliados el apoyo que esperábamos”, lamentó Erdogan. Agencias

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