Más Información
El Senado brasileño inició hoy una sesión sobre el destino de la presidenta Dilma Rousseff, suspendida en sus funciones desde el 12 de mayo y que enfrentará a fin de mes el juicio definitivo si así lo decide una mayoría de 41 de los 81 senadores.
La sesión, que previsiblemente durará unas 20 horas, fue abierta por el presidente del Senado, Renán Calheiros, quien entregó la dirección del trámite al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, garante constitucional del proceso.
"El Senado se reúne para adoptar una de las más graves decisiones que la Constitución le encomienda, como es la posible destitución de una presidenta", declaró Lewandowski en la sesión, que coincide con la quinta jornada de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
El presidente del Supremo subrayó la "delicada incumbencia" del caso y también que los senadores deberán actuar como "jueces", con "plena independencia", según sus "propias conciencias y las normas constitucionales" y despojados de "pasiones políticas".
El pleno del Senado votará un informe que recomienda la destitución de Rousseff, acusada de maniobras que alteraron los presupuestos y de otras irregularidades fiscales como la contratación de créditos para el Gobierno con la banca pública.
Esos cargos no suponen delitos penales, pero pueden constituir graves faltas administrativas que, de acuerdo con la Constitución brasileña, bastan para justificar la revocación de un mandato.
A lo largo de la sesión será leído el informe del relator del caso, el senador Antonio Anastasia, que recomienda la destitución, y serán analizadas las posibles apelaciones que pueda presentar la defensa de Rousseff.
Posteriormente, cada uno de los 81 senadores tendrá 10 minutos para exponer su posición y finalmente tanto la acusación como la defensa dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno.
Si el informe que recomienda la destitución de Rousseff queda aprobado, el proceso llegará a su fase definitiva, en la que el pleno del Senado deberá volver a pronunciarse en una última votación.
En ella, la mandataria sería despojada del mandato si así lo decide una mayoría calificada de 54 votos (dos tercios).
Esa sesión sería convocada para fines de este mes y, en caso de llegarse a la destitución, el mandato que vence el 1 de enero de 2019 será completado por Michel Temer, quien desde el pasado 12 de mayo sustituye a Rousseff de forma interina.
ae