Estados Unidos condenó hoy los "brutales" ataques terroristas de hoy en el oeste de Pakistán, entre ellos uno contra un hospital que causó 69 muertos y 108 heridos y cuya autoría se han atribuido los talibanes, y ofreció ayuda en la investigación de los hechos.
"Estados Unidos condena en los términos más rotundos posibles los ataques terroristas de hoy en Quetta", dijo una portavoz del Departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, en un comunicado.
Un hombre con ocho kilos de explosivos hizo detonar las bombas en la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta, a donde poco antes había sido llevado el presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, asesinado a tiros en horas de la mañana.
El Departamento de Estado condenó tanto el ataque en el hospital como el asesinato de Anwar Kasi y ofreció "asistencia al primer ministro (paquistaní, Nawaz) Sharif, a medida que su Gobierno investiga y trabaja para llevar a los asesinos ante la Justicia".
"Hoy, los terroristas atacaron un hospital y dos de los pilares más importantes de cada democracia: el sistema judicial y los medios de comunicación", subrayó Trudeau, al recordar que muchas de las víctimas en el hospital eran abogados y periodistas que se habían acercado allí tras la muerte de Anwar Kasi.
"Estos brutales ataques sin sentido únicamente refuerzan nuestra determinación compartida de derrotar al terrorismo en todo el mundo, y seguiremos trabajando con nuestros socios en Pakistán" para ello, concluyó Trudeau.
El grupo talibán Jamaat ul Ahrar, escisión de la principal formación insurgente de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), se adjudicó la autoría del atentado y amenazó con nuevos ataques.
El ataque de hoy es uno de los más graves en lo que va de año en Pakistán, solo superado por el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos y más de 350 heridos en marzo.
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