Más Información
SCJN determina que prohibir consumo de alimentos y bebidas en zonas exclusivas para fumar es ilegal tras análisis de amparo
INAI da recomendaciones para evitar robo de identidad y fraudes; pide ser cuidadoso en redes sociales
El expresidente brasileño Fernando Collor de Mello, que hace 24 años afrontó un juicio político que acabó por apartarle del cargo, votó a favor de la destitución de la hasta hoy jefa de Estado, Dilma Rousseff, en el proceso con el que el Senado despojó definitivamente de la presidencia a la ya exmandataria.
El voto de quien presidió Brasil entre 1990 y 1992 fue uno de los 61 sufragios que conformaron la mayoría calificada necesaria para sellar la segunda destitución presidencial de la historia del gigante sudamericano.
"(El 'impeachment') es el remedio constitucional de urgencia en el presidencialismo cuando el gobierno, además de cometer un crimen de responsabilidad, pierde las riendas del comando político y de la dirección económica del país", dijo este martes Collor de Mello durante su intervención en el Senado, en la que avanzó el sentido de su voto.
En su papel de senador, Collor de Mello ha tenido la incómoda tarea de juzgar a Rousseff en un proceso que él mismo afrontó en 1992, si bien en ningún momento el expresidente ha mostrado ninguna empatía hacía su antigua aliada política.
Hasta este miércoles el representante del Partido Laborista Cristiano era el único ex jefe de Estado que había tenido que pasar por todas las etapas del proceso destituyente, si bien Collor de Mello acabó renunciando en el último momento, en un intento de impedir que le privaran, además, de sus derechos políticos durante ocho años.
La estrategia no le funcionó y el Senado, tras considerar que se benefició personalmente de la red de corrupción montada en su campaña electoral, le destituyó e inhabilitó al día siguiente, por 76 votos a favor y 3 en contra.
Por este motivo, el disgusto de Collor de Mello fue evidente cuando en la sesión de hoy el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirigió los trámites en su condición de garante constitucional del proceso, planteó la posibilidad de que se realizaran dos votaciones; una para dirimir la destitución de Rousseff y otra para determinar su inhabilitación política.
Ante esta posibilidad, Collor de Mello criticó que se pudieran aplicar "dos medidas" diferentes en dos casos iguales al sopesar la posibilidad de "laminar" por la mitad la sentencia, ya que, según señaló, ambos procesos respondían a una ley "que es la misma" y que no es otra que la que en 1992 supuso un punto y seguido en su carrera política.
Lewandowski hizo oídos sordos a los lamentos del político de 67 años y determinó realizar dos votaciones, para disgusto de un Collor que denunció que una decisión de semejante trascendencia" no podía depender de una "interpretación del reglamento".
Esta decisión se acabaría antojando determinante ya que finalmente, al igual que Collor de Mello, Rousseff fue destituida; pero a diferencia del senador, que votó por su inhabilitación, la primera presidenta de la historia de Brasil sí mantiene sus derechos políticos.
ae