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Buenos Aires.— “En todas las sociedades tenemos que inculcar armonía, respeto a los derechos y respeto a los otros”, declaró ayer Rigoberta Menchú a EL UNIVERSAL, en Buenos Aires.
La guatemalteca, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1992 por su militancia por los derechos de los pueblos indígenas americanos, participó en una conferencia en el marco de la IV Reunión Extraordinaria de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación (RIOOD), acompañada por la ex jueza iraní Shirin Ebadi, quien también ganó el Premio Nobel de la Paz, en 2003. Menchú y Ebadi, además, mantuvieron ayer una entrevista con el presidente argentino Mauricio Macri.
Sobre el juicio político en Brasil en contra de Dilma Rousseff, afirmó: “Cuando los asuntos ya están ante la justicia y los tribunales, tengo fe en que haya justicia justa y no politizada. Cada vez que politizamos la justicia es en detrimento de nuestras propias instituciones de justicia, pero también de la filosofía del Derecho, que dice que nadie es culpable hasta que se demuestre”.
Menchú también declaró que “no han cambiado mucho los parámetros de desigualdad desde que nací [en América Latina]. Este continente es rico y tiene de todo, y sin embargo hay una extrema pobreza en los mismos niveles que siempre.
“Me impresiona la desnutrición crónica en las áreas urbanas y conurbanas, adonde llega la gente porque no tiene trabajo, no tiene una oportunidad o se le enseña el espejo del desarrollo económico, pero no se le da economía. La desigualdad sigue siendo abismal. A los ricos no les importa eso. Los pobres sobreviven del mismo modo que hace mucho tiempo”.
Acerca del debate actual por las migraciones señaló: “Es preocupante cuando algunos políticos usan el racismo como su caballito de batalla para ganar elecciones y me refiero a uno que está haciendo campaña ahora mismo en Estados Unidos. Hay muchos esfuerzos que se han hecho para documentar la contribución de los migrantes”.
La Premio Nobel de la Paz en 1992 también dijo que “todos hoy tenemos una conciencia más estable sobre los problemas que enfrentamos, más que hace unas décadas. Hoy todos los pueblos indígenas somos bilingües e interculturales. Tengo fe en que mientras se cree un puente entre el Estado y los pueblos indígenas seremos buenos aliados de gobiernos que no son indígenas y que sí son paternalistas”.