El Senado de Brasil aplazó para el miércoles la votación respecto a si destituye permanentemente del cargo a la presidenta suspendida Dilma Rousseff.
Los 81 senadores se anotaron para presentar mensajes cortos sobre sus puntos de vista del caso.
Ricardo Lewandowski, magistrado presidente de la Corte Suprema, dijo que después de que sean escuchados todos, él reiniciará la sesión la mañana del miércoles para iniciar una votación final.
Para que Rousseff sea removida, deben votar a favor de la medida al menos 54 de los 81 senadores. La prensa local reporta que al menos 52 senadores han dicho que votarán por su expulsión, mientras que apenas 18 se oponen y 11 no han manifestado su decisión. En mayo, el mismo cuerpo legislativo votó 55-22 a favor de suspender a la presidenta y abrirle un juicio político.
Tras las últimas exposiciones de la defensa y la acusación, le tocó el turno a los 81 senadores, que podrá tomar la palabra durante diez minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá unas catorce horas y sólo concluirá entrada la madrugada de este miércoles.
Según estableció el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirige la sesión como garante constitucional del proceso, habrá entonces un receso hasta mañana, cuando será dictada sentencia.
En esa última audiencia, dos senadores inclinados a condenar a Rousseff y otros dos que se opongan a su destitución tendrán cada uno cinco minutos para exponer sus alegatos y finalmente se procederá a la votación, por medio de un sistema electrónico.
Para que Rousseff sea desalojada de la Presidencia será necesario que así lo decida una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños.
El resultado se conocerá de inmediato y, una vez proclamado por el presidente del Supremo, Rousseff estará fuera del poder o, por el contrario, si fuera absuelta, recuperaría el cargo y relegaría otra vez a la vicepresidencia al hoy presidente interino, Michel Temer.
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