Brasilia.— El senador Antonio Anastasia, instructor del juicio político contra Dilma Rousseff, presidenta suspendida de Brasil, presentó ayer su informe sobre el caso y recomendó que la jefa del Ejecutivo sea destituida por “atentar contra la Constitución”.

El informe, presentado ante la comisión del Senado a cargo del proceso, identificó “plenas razones” para avanzar hacia la pérdida del mandato de Rousseff, quien responde por graves irregularidades en el manejo de los presupuestos del Estado.

“Voto por la procedencia de la acusación y porque prosiga el proceso de destitución”, se lee en el informe de Anastasia, divulgado por el Senado.

El documento tiene 441 páginas y señala que los delitos fiscales que se le atribuyen a Rousseff suponen un “atentado contra la Constitución”, y son “de tal gravedad”, que tienen como pena la pérdida del mandato.

Rousseff fue suspendida de sus funciones el pasado 12 de mayo, cuando el Senado instauró el juicio político, y desde esa fecha la sustituye Michel Temer, su hasta entonces vicepresidente, quien deberá completar el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de su destitución.

La mandataria responde por irregularidades en el manejo de los presupuestos, por contratar créditos para el gobierno con la banca pública y emitir decretos que alteraban los gastos sin la venia del Congreso, todo eso vetado por las leyes brasileñas.

El informe de Anastasia indicó que las maniobras provocaron un “descontrol fiscal” que vinculó directamente a la severa crisis que sufre la economía de Brasil, que en 2015 se encogió 3.8% y que, según las previsiones, caerá otro 3% este año.

Este informe deberá ser debatido hoy y votado mañana, según el plan de trabajo acordado con la Corte Suprema. El viernes, cuando el país y el mundo estarán atentos a la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos, en Río de Janeiro, el documento deberá ser leído en el pleno del Senado, que luego será convocado para una primera votación el martes 9.

Si ese día el informe es aprobado por una mayoría simple de 41 votos entre los 81 senadores, la Corte Suprema convocará para una última sesión, en la que el pleno de la Cámara Alta decidirá si Rousseff será destituida o recobrará el poder, lo cual ocurriría si fuera absuelta.

Esa última sesión, que podría durar hasta cinco días, comenzaría el 29 de agosto. Para que Dilma Rousseff sea despojada de su mandato sería necesario el respaldo de una mayoría calificada de 54 votos. Sus adversarios dicen que sumarán 60.

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