Los equipos de rescate siguen buscando desaparecidos bajo los escombros de Amatrice, la localidad más afectada por el sismo del 24 de agosto, y hoy fueron hallados los cuerpos de dos personas más, por lo que suman 292 muertos que hasta ahora componían el balance oficial provisional.
Así lo confirmó hoy el organismo encargado de la Protección Civil en Italia.
Los dos cuerpos pertenecen a dos personas que habían quedado atrapados entre los cascotes del histórico Hotel Roma la madrugada del 24 de agosto, cuando un terremoto de 6 grados de magnitud en la escala Richter sacudió el centro de Italia.
Los operativos desplegados habían localizado hace días bajo los escombros de este histórico hotel tres cadáveres, pero eran difíciles de extraer debido a la inestabilidad del terreno y el riesgo de que se produjeran nuevos desprendimientos en el edificio.
De momento, han podido ser recuperados dos, por lo que todavía queda otro localizado pero oculto bajo las ruinas.
Las labores de búsqueda de desaparecidos continúan en Amatrice, la única localidad en la que prosiguen las excavaciones, ya que todavía hay zonas que no han sido monitorizadas por lo que es necesario peinar bien el lugar y asegurarse de que no queda ningún cuerpo sin encontrar.
Protección Civil prefiere en estos días dar solo el número de fallecidos y no hablar de desaparecidos al no contar con cifras oficiales, pero el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, sí dijo hoy que todavía están desaparecidas una decena de personas en el municipio.
"Si el alcalde de Amatrice dice que aún hay diez desaparecidos, nosotros seguiremos buscando", dijo a los medios italianos el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio.
Mañana se celebrará en Amatrice el segundo funeral de Estado por algunas de las víctimas del terremoto.
La decisión fue tomada por el gobierno, después de que los supervivientes de esta localidad estallaran en fuertes protestas.
La celebración iba a tener lugar en un primer momento en Amatrice, pero posteriormente las autoridades italianas cambiaron el lugar de la celebración al aeropuerto de Rieti alegando peligrosidad en la zona.
Los vecinos de Amatrice protestaron entonces con dureza y pidieron al Gobierno poder enterrar a sus difuntos en el pueblo en el que habían fallecido.
También el alcalde Pirozzi solicitó al Ejecutivo de Matteo Renzi no añadir más sufrimiento "a una población devastada por el dolor".
"En estos momento del dolor es necesario estar cerca de la gente y no crear mayores problemas", dijo Pirozzi, al tiempo que añadió que "no se puede obligar a un pueblo a ir lejos de donde ha vivido su gente".
Finalmente, los funerales se celebrarán en Amatrice a las 16.00 GMT, confirmó el primer ministro italiano.
Además de continuar con la búsqueda de desaparecidos, Protección Civil trabaja para asistir a los supervivientes con el establecimiento de un plan que permita reubicar a estas personas en viviendas provisionales que les permitan pasar el frío invierno.
Una estrategia que requerirá de la aprobación del Gobierno, que ya trabaja en el plan de desarrollo de la reconstrucción de unas localidades del centro de Italia que han quedado devastadas y sumida en ruinas o con infraestructuras en pie notablemente dañadas.
El primer ministro italiano apeló hoy a la unidad de Italia para realizar un proyecto común que permita reedificar los pueblos dañados con estructuras habilitadas para resistir desastres naturales en una zona tan sísmica como la del centro del país.
El plan que está diseñando Renzi se llama "Casa Italia" y pasa por incluir "no solo procedimientos de adaptación antisísmica, sino también inversiones" en ámbitos como el de la escuela, depuradoras, carreteras y ferrocarriles, casas o instalaciones deportivas.
También inversión en banda ancha, en eficiencia energética, en manutención, y en bienes culturales.
El proyecto todavía tiene detalles que deben ser ultimados, pero en cuanto esté definido, dijo Renzi, será presentado a los damnificados, a profesionales, a las autoridades regionales y locales y a constructores del país.
Renzi ha apelado hoy a la unidad tras la tragedia, también a la oposición política, en un intento de aunar esfuerzos para solucionar un desastre que supone una nueva prueba de resistencia que debe vencer Renzi, junto con un próximo referéndum sobre sus reformas que tendrá que ganar.
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