Brasilia.— La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones desde mayo, se preparó para la comparecencia de hoy en el Senado en la que se defenderá en persona en un último intento de evitar su inminente destitución.

Será la primera vez en la que Rousseff acuda al Parlamento desde que comenzó el trámite del juicio político en su contra el pasado diciembre para refutar los cargos de los que se le acusa, una serie de maniobras con las que se maquillaron las cuentas fiscales de 2015.

Las operaciones suponen un “delito de responsabilidad”, que la Constitución contempla como un motivo para la destitución de un jefe de Estado. La suerte de la primera presidenta de Brasil está en manos de 81 senadores y si 54 de ellos, dos tercios de la Cámara Alta, votan en favor de su destitución, perderá el cargo, que pasaría a manos del que era su vicepresidente, Michel Temer, quien ejerce la jefatura del Estado de forma interina desde el 12 de mayo.

En ese caso, Temer se mantendría en el poder hasta el 1 de enero de 2019, cuando le entregaría el cargo al ganador de las elecciones previstas para octubre de 2018, pero si el Senado vota en sentido contrario, Rousseff recuperaría el puesto.

La mayoría de los 81 senadores ya ha manifestado su convicción de que Rousseff incurrió en las irregularidades que se le imputan. La sesión en la que comparecerá Rousseff se prevé larga, con una declaración de la mandataria, que durará media hora y podría alargarse otra media con la venia del presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, quien preside el juicio político como garante constitucional.

Después se iniciará un turno de preguntas, en el que todos los senadores tienen derecho a intervenir. A continuación se celebrará un debate en el que todos los políticos podrán hablar por 10 minutos y en el que la acusación y la defensa presentarán sus alegatos finales durante una hora y media, antes de realizar la votación final, que podría tener lugar entre mañana y el miércoles.

Los senadores contrarios a Rousseff mantuvieron reuniones preparatorias este domingo y aseguraron que pretenden hacer preguntas técnicas, restringidas a las maniobras por las que se le acusa.

La mandataria suspendida pretende acudir al Senado acompañada de su padrino político y antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y arropada por los movimientos sociales. Ayer los grupos de izquierda realizaron una concentración en el estacionamiento del pabellón deportivo Nilson Nelson, en el centro de Brasilia.

Los manifestantes llevaban pancartas como: “Fuera Temer”, “el golpe es contra ti” y además habían colocado otro cartel con la leyenda: “No al golpe de Estado”.

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