La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, presentó sus alegatos finales en el Senado de Brasil, en el marco del juicio político al que se enfrenta, y dijo que no guardará rencor a quien vote por concretar su destitución.

"Los que me juzgan llegaron, igual que yo, por el voto popular", dijo Dilma Rousseff y aseguró temer que "la democracia sea condenada junto conmigo".

"No tengo duda de que todos nosotros seremos juzgados por la Historia", atajó la mandataria y rememoró los tiempos en los que fue detenida y torturada durante la dictadura militar en Brasil.

Rousseff se dirigió a los senadores y les pidió que no acepten un "golpe de Estado ni que condenen "sin pruebas a un inocente": "voten sin resentimiento, por la democracia".

Para concretar la destitución de la mandataria, hace falta que 54 legisladores, de los 81 que hay, voten por separarla del cargo; previsiones aseguran que la mayoría quiere su destitución.

jlcg

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