La Paz.— El máximo líder de las cooperativas mineras de Bolivia, Carlos Mamani, y otros cinco dirigentes fueron enviados ayer a prisión preventiva tras ser acusados por la fiscalía de ser autores intelectuales del asesinato del viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes.
Illanes murió el jueves pasado tras sufrir una golpiza a manos de los mineros que cortaron la principal ruta que une La Paz, la capital administrativa de Bolivia, con el resto del país. La protesta, que duró tres días, exigía la anulación de una ley que regulaba a las cooperativas.
Según la decisión asumida por la jueza Ana Dorado, Mamani, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin), será tras- ladado a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro.
A esa penitenciaría también serán enviados los dirigentes Carlos Castro, René Cochi, Silvestre Flores y Roberto Durán. El sexto acusado por este crimen, Julián Pinto, será recluido en Patacamaya.
El Ministerio Público acusó a los mineros de asesinato (en grado de complicidad y autoría intelectual), robo agravado, organización criminal, tenencia y portación ilícita de explosivos y atentados contra miembros de organismos de seguridad del Estado. Ayer una multitud despidió a Illanes.
Durante las protestas también murieron cuatro mineros por disparos con arma de fuego y la fiscalía anticipó una investigación que incluiría a los policías que participaron en los operativos para disuadir los cortes de ruta. Las pesquisas aún no han comenzado.
La Fencomin respaldó al gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) desde 2006, cuando Morales llegó al poder. Esta alianza, según el politólogo Gustavo Pedraza, está “en riesgo de desaparecer”. La ONU pidió a la justicia boliviana acelerar la investigación para esclarecer el asesinato de Illanes y lamentó la muerte de los manifestantes durante las protestas.