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Amatrice, Italia.— Los habitantes evacuados de Amatrice se hacen a la idea de que pasarán muchas noches en los campamentos.
Es el caso de Giulia Vizzoni, quien en el momento del sismo se encontraba en casa con su marido, su hija, su yerno y sus dos nietas. Su casa fue destruida, pero ellos resultaron ilesos.
“Afortunadamente a ninguno nos ha pasado nada, pero estamos sin casa. ¿Cómo vamos a pasar el invierno?”, esa es su mayor preocupación.
Amatrice tenía sólo 2 mil habitantes y era considerado uno de los pueblos más bellos de Italia; ahora es la “zona cero” del terremoto que sacudió el centro del país la madrugada del miércoles. “Hemos perdido a tantos amigos. Esta es una localidad pequeña, nos conocíamos todos aquí”, dijo Vizzoni, visiblemente afectada.
Más de mil 200 damnificados de la zona están en campamentos y gimnasios adaptados como centros de acopio.
Equipos de emergencia mantuvieron día y noche las labores de búsqueda de posibles supervivientes, porque se teme que hay cientos de desaparecidos bajo los escombros tanto en Amatrice como en Accumoli y Pescara del Tronto, las poblaciones más afectadas. Ayer por la tarde la jefa de emergencias de Protección Civil, Immacolata Postiglione, informó que la cifra de muertos es de 241, nueve menos que los reportados por la mañana. Además, 215 personas han sido rescatadas con vida.
La tragedia se asemeja a la producida por el terremoto que en 2009 devastó L’Aquila y dejó 309 muertos. En 1980, un terremoto en la región sur de Irpina mató a 3 mil personas. Pero el peor fue el de 1908 en Mesina (Sicilia), con más de 100 mil decesos.
En Roma, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, decretó el estado de emergencia y anunció una primera ayuda financiera para la reconstrucción de la zona afectada de 50 millones de euros (56 millones de dólares). Dijo que Italia demostró que está entre los mejores países del mundo para atender una emergencia, y que se impondrá una cultura de prevención ante sismos.
La fiscalía de Rieti abrió una investigación por desastre doloso por los daños que sufrieron edificios que habían sido reestructurados recientemente. Entre ellos están la escuela de Amatrice y el campanario de Accumoli. Ambos fueron sometidos a obras antisísmicas y quedaron destruidos.