Amatrice, Italia.— Irma Rodríguez es una mexicana que está casada con un uruguayo y es madre de dos hijos. Vive al norte de Italia y decidió interrumpir sus vacaciones para acercarse a Amatrice y ayudar como voluntaria a los damnificados por el terremoto.

Vive cerca de Milán y ayer comenzaban sus vacaciones, que tenía planeado disfrutar en la playa. Pero tras el terremoto decidió desplazarse a Amatrice para prestar su ayuda a los cerca de mil evacuados.

“En la mañana fue cuando empezamos a ver las noticias, ya teníamos todo preparado para ir a la playa y mi marido me dijo: ‘¿Qué te parece si vamos a tratar de ayudar?’”, narró.

Fue entonces cuando ambos, junto con sus hijos pequeños, recogieron ropa usada, juguetes y comida y se encaminaron a este municipio de la provincia de Rieti, a unos 100 kilómetros al noreste de Roma. Hasta el momento, explica, han estado en el parque de Amatrice, donde se estableció un campamento para los voluntarios y aquí han conversado con una familia de Macedonia con cinco hijos.

“Mi marido estudió enfermería y podría ayudar más pero yo sabía que venía a jugar con los niños, a sacarles una sonrisa”, comentó.

Rodríguez y su familia estarán algunos días más en el lugar para intentar, en la medida de lo posible, echar una mano a los afectados.

Así, durante varias horas, ha estado jugando con los niños y, aunque los pequeños no hablan español, ni ella italiano, se han “entendido”.

Amatrice es uno de los municipios mas afectados por el terremoto que en la madrugada del miércoles golpeó el centro de Italia. Ahí, las labores siguen centradas en buscar posibles supervivientes, una tarea cada vez más difícil.

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