Donald Trump rechazó el jueves las acusaciones de que es racista al defender su enfoque radical sobre la inmigración, al tiempo que intentó convencer a los electores de grupos minoritarios de que los demócratas los han abandonado.
Por su parte, la contrincante del magnate en las elecciones generales, Hillary Clinton, insistió en que él ha desatado a los "elementos radicales marginales" del Partido Republicano, incluidos los antisemitas y los supremacistas blancos, y señaló que la campaña de Trump hará "que Estados Unidos odie otra vez".
El intercambio de acusaciones tuvo lugar en momentos en que ambos candidatos se disputan a los electores de las minorías y a los indecisos cuando faltan menos de tres meses para los comicios. Semanas antes de que se lleve a cabo la votación adelantada inicial, Trump enfrenta la tarea urgente de renovar su imagen para ganarse a los votantes escépticos de su candidatura.
Poco después de que Clinton concluyera su discurso en el estado de Nevada, en el que ningún candidato es claro favorito, Trump afirmó en un tuit que ella "le está haciendo el juego a los peores instintos en nuestra sociedad. ¡Debería avergonzarse de ella misma!"
Clinton está ansiosa de aprovechar la caída del multimillonario en las encuestas, en particular entre las mujeres moderadas republicanas desanimadas por la controvertida campaña del candidato.
"No se dejen engañar" por los intentos de Trump de un cambio de imagen, le dijo la candidata demócrata a los electores durante un discurso en Reno y señaló que el país enfrenta un "momento de ajuste de cuentas".
"Él está integrando a los grupos de odio a la corriente principal y contribuyendo a que elementos radicales marginales asuman el control de uno de los dos principales partidos políticos de Estados Unidos", agregó.
Trump intentó adelantarse a la candidata demócrata al dirigirse a una multitud en Manchester, New Hampshire, pocos minutos antes de que lo hiciera Clinton.
"Hillary Clinton va a intentar acusar a esta campaña, y a los millones de estadounidenses decentes que la han apoyado, de ser racistas", auguró Trump.
"A Hillary Clinton, a sus donantes y asesores, que la impulsan a que propague calumnias y mentiras sobre la gente decente, les tengo tres palabras", afirmó. "Quiero que escuchen estas palabras y las recuerden: debería darles vergüenza".
Trump intentó voltear la situación contra Clinton al insinuar que ella intentaba desviar la atención de los cuestionamientos sobre las donaciones a la Fundación Clinton y los servidores privados que utilizó para su correo electrónico.
"Ella miente, calumnia, presenta a los estadounidenses decentes como racistas", declaró Trump, que luego defendió algunas de las ideas centrales de su candidatura, que algunas personas consideran divisivas.
En su discurso, Clinton no abordó ninguna de las acusaciones sobre la fundación de su familia. En su lugar hizo una denuncia estridente de la campaña del magnate, acusándolo de fomentar el odio e impulsar políticas discriminatorias, como su prohibición temporal al ingreso de musulmanes a Estados Unidos.
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