El presidente de Estados Unidos Barack Obama arribó a la zona arrasada por las inundaciones del sur de Louisiana para dar apoyo a las víctimas y responder a las críticas de que demoró su respuesta al desastre.
Obama fue recibido por funcionarios de ambos partidos, incluidos el gobernador demócrata John Bel Edwards y el vicegobernador republicano Billy Nungesser. Los senadores Bill Cassidy y David Vitter, republicanos ambos, también estaban presentes en el aeropuerto desde donde el mandatario se dirigió a un barrio en que las tormentas dejaron al menos 13 víctimas fatales y obligaron a miles a abandonar sus viviendas.
La visita pone de manifiesto los peligros y oportunidades políticos que pueden significar los desastres naturales. Además de responder de manera eficiente, es crucial para los líderes políticos demostrar compasión y una presencia reconfortante.
Por razones de seguridad, la Casa Blanca no dio a conocer detalles del itinerario presidencial por adelantado. Pero Obama planeaba visitar un barrio de Baton Rouge Parish dañado por las aguas, reconfortar a los vecinos, reunirse con funcionarios estatales y municipales y agradecer a los voluntarios.
Obama recibió algunas críticas por continuar hasta el final las dos semanas de vacaciones con su familia en Martha's Vineyard, Massachusetts, antes de inspeccionar personalmente las zonas afectadas y reunirse con los vecinos. El diario Baton Rouge Advocate tituló un editorial la semana pasada: "Vacaciones o no, Luisiana herida lo necesita a usted ahora, presidente Obama".
La Casa Blanca dijo que Obama acepta las críticas sobre las "apariencias" siempre que la respuesta federal al desastre sea adecuada.
"Los sobrevivientes de las inundaciones en Luisiana no necesitan una discusión política; necesitan una respuesta gubernamental competente, eficaz, fuerte y coordinada", dijo el lunes el vocero presidencial Josh Earnest. "Y el gobierno federal sin duda cumplió su cometido en los primeros ocho a 10 días después del desastre, pero nos aguarda un largo camino".
El candidato republicano Donald Trump visitó Baton Rouge el viernes, abrazó a algunas víctimas y pasó algunos de los barrios más afectados donde todo el mobiliario de algunas casas estaba amontonado en las aceras.
La candidata demócrata Hillary Clinton dijo el lunes que visitará las localidades afectadas "cuando la presencia de una campaña política no trastorne los trabajos, para discutir cómo encaramos juntos la reconstrucción".
La tormenta y las inundaciones han dañado unas 60 mil viviendas y obligado a miles a buscar refugios temporarios. Más de 115 mil personas han solicitado ayuda federal, y el estado dice que se han entregado hasta el momento 20 millones de dólares. Al menos 40 rutas estatales seguían cerradas.
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