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El legado de los Juegos Olímpicos que este domingo concluyeron en Río de Janeiro fue quebrantado por los ocho asesinatos perpetrados por policías, así como por la represión de manifestaciones pacíficas en la ciudad, denunció hoy Amnistía Internacional (AI).
En un comunicado emitido, el organismo de defensa de los derechos humanos indicó que la policía de Río dejó pasar la oportunidad de elevar su imagen durante los Juegos Olímpicos al no respetar de manera estricta los derechos humanos de sus ciudadanos.
El director ejecutivo de AI en Brasil, Atila Roque, asentó que las autoridades de Río incumplieron sus promesas de implementar políticas de seguridad pública que hicieran a la ciudad más segura para sus ciudadanos y para sus visitantes.
“La única manera de componer algunas de las muchas fallas que sucedieron durante los Juegos es garantizar que todos los asesinatos y otras violaciones de derechos humanos de parte de la policía serán efectivamente investigadas y que los responsables serán llevados ante la justicia”, dijo Roque.
El organismo recordó que en 2016 los asesinatos por parte de la policía en Río aumentaron mes a mes, con 35 casos en abril, 40 en mayo y 49 en julio, lo que promedió más de un homicidio por día.
Asimismo, operaciones policiales violentas sucedieron durante los Juegos, del 5 al 21 de agosto, en varias áreas de Río, lo que provocó la muerte de al menos ocho personas. Esta cifra fatal, advirtió AI, podría elevarse si se confirma la información de otras favelas.
Las personas que viven en favelas, o zonas marginadas de Río, denunciaron igualmente otras violaciones de derechos humanos durante los Juegos Olímpicos, como invasiones a sus hogares, amenazas directas y agresiones físicas y verbales de parte de la policía.
La “guerra contra las drogas” llevada a cabo por la policía, además, también ha puesto a los propios policías en riesgo, pues dos uniformados fueron asesinados durante los primeros 10 días de las Olimpiadas.
AI resaltó que tan solo en la primera semana de las Olimpiadas, 59 tiroteos se registraron en el área metropolitana de Río, un promedio de 8.4 incidentes armados al día o más del doble de los reportados la semana anterior.
El organismo de derechos humanos indicó que las protestas tanto dentro como fuera de las arenas deportivas han sido “duramente reprimidas” por la policía, que empleó incluso gas lacrimógeno y granadas paralizantes.
Varias personas fueron detenidas durante las protestas y otras fueron removidas de los estadios por mostrar pancartas con mensajes de protesta, lo que constituye una violación a la libertad de expresión, externó AI.
Roque consideró que los Juegos Olímpicos finalizaron con una policía más militarizada, enfocada tanto en la represión selectiva como en el uso excesivo de la fuerza y en las operaciones estilo combate en las favelas.
“El resultado ha sido claro: un creciente número de muertes y otras violaciones de los derechos humanos de los residentes, en especial de los jóvenes negros”, enfatizó Roque.
jlcg