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El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, amenazó el domingo con retirar a su país de la Organización de las Naciones Unidas y criticó las muertes de hombres afroamericanos en Estados Unidos a manos de la policía, en su más reciente ataque contra los críticos de su violenta campaña antidrogas, la cual ha dejado centenares de muertos.
El mandatario filipino mencionó el domingo por la mañana la imagen de un niño ensangrentado que es sacado de entre los escombros de un edificio destruido por un misil en la ciudad siria de Alepo para criticar lo que dijo es la incapacidad de la ONU y los Estados Unidos para frenar conflictos tan sangrientos mientras él es criticado por la muerte de criminales.
El Departamento de Estado de la nación norteamericana y expertos de la ONU han instado a Duterte y a las autoridades filipinas a detener las ejecuciones extrajudiciales en el combate contra el tráfico de drogas ilegales y que aseguren que la aplicación de la ley cumpla las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. La policía filipina señaló que han muerto más de 500 presuntos narcotraficantes en enfrentamientos con sus agentes desde que Duterte prestó juramento al cargo hace ocho semanas.
Agnes Callamard, el nuevo relator especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias, insinuó que se podrían fincar responsabilidades a funcionarios filipinos, pues en una declaración reciente dijo que las "argumentaciones de combate al tráfico de drogas ilícitas no absuelve al gobierno de sus obligaciones jurídicas internacionales y no blinda a funcionarios del Estado u otros de responsabilidad en homicidios ilegales".
Las críticas contra la cruzada de Duterte contra un problema que él dice que se ha convertido en una pandemia, provocaron un arrebato de furia del presidente, quien realizó una conferencia de prensa después de la medianoche del sábado que se prolongó más de dos horas.
"Quizá simplemente tendremos que decidir separarnos de las Naciones Unidas. Si eres tan vil, entonces sencillamente te dejaremos", dijo Duterte a reporteros en Davao, una ciudad donde se forjó primero una reputación por su duro estilo contra el crimen cuando fue alcalde de esta ciudad en el sur del país.
Si Filipinas rompe con la ONU, a la que Duterte calificó como "inútil" y "estúpida", el mandatario dijo que invitaría a otras naciones como China y a países africanos a formar un nuevo organismo internacional. La ONU, señaló, debería regresar las contribuciones financieras de Manila.
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