Rusia apoyó los ataques aéreos contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Libia, aunque advirtió de que deben llevarse a cabo en el más estricto respeto al derecho internacional.
"Rusia siempre se ha pronunciado por la necesidad de acciones decisivas para la aniquilación del EI y de otros grupos terroristas, estén donde estén, en estricta consonancia con las normas del derecho internacional", señala un comunicado de la cancillería rusa publicado después de que EU anunciara el inicio de bombardeos contra los yihadistas en Libia.
Todos los países "que luchan contra el terrorismo", agrega la nota, "deben coordinar estrechamente sus esfuerzos".
Poco después de los primeros ataques aéreos estadounidenses contra el bastión yihadista en la zona de Sirte, una ciudad localizada entre Trípoli y Bengasi, el embajador ruso en Libia, Iván Molotkov, puso en duda la legalidad de las acciones emprendidas por Washington.
"Desde el punto de vista de la legalidad, supongo que no tenían ese derecho", respondió Mólotov a la pregunta de un periodista sobre si Estados Unidos debía solicitar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU antes de bombardear territorio libio.
Washington inició la campaña militar contra el EI a petición del Gobierno del Acuerdo Nacional Libio, que pese a ser tan sólo uno de los tres ejecutivos que hay en ese país, es el único reconocido como legítimo por la ONU.
Desde la caída del régimen de Gadafi, Libia está sumida en el caos y la guerra civil con hasta tres autoridades que se disputan el control del país: una en Trípoli, que la ONU considera rebelde; otra en Tobruk, que reconocen numerosos países, y una tercera, llamada Gobierno de Unidad Nacional, que cuenta con respaldo de la ONU y de la Unión Europea (UE).
El caos ha sido aprovechado por los grupos yihadistas, y en especial la rama libia del Estado Islámico.
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