El sacerdote uruguayo Jairo Fernández, que fue investigado por la Iglesia a raíz de una denuncia de abuso sexual, renunció a su cargo en la diócesis de Melo, en el oriente del país suramericano, confirmó hoy a Efe el titular de ese obispado, Heriberto Bodeant.
"Efectivamente hubo una denuncia contra él, que no era de abuso de menores, se hablo de una persona con enfermedad mental, la veracidad de esa denuncia no fue comprobada", aseguró Bodeant.
Asimismo, destacó que dicha investigación "se dio por finalizada" ya que "se concluyó que no hubo delito", y añadió que la investigación se llevó a cabo por parte de la Iglesia y no hubo denuncia penal.
Según el prelado, Fernández dimitió a su cargo por "su propia voluntad".
Bodeant se refirió también a otros tres casos de sacerdotes relacionados con esta diócesis, que comprende los departamentos (provincias) uruguayas de Cerro Largo y Treinta y Tres, que se encuentran en proceso de investigación.
Uno de los casos es el de un italiano denunciado en su país y que fue investigado en Uruguay. Posteriormente el sacerdote renunció y la indagatoria continúa abierta en su nación de origen.
Otro de los casos es el de un cura uruguayo que pertenecía a una diócesis en Argentina, fue investigado con apoyo de Uruguay e igualmente dimitió de sus funciones dentro de la Iglesia.
Bodeant detalló que el tercer episodio se trata de una acusación contra un eclesiástico sobre la cual "no se comprobó abuso", por lo que ese funcionario retomará sus actividades en el Ministerio Pastoral de esta región.
El obispo precisó que el sacerdote Fernández presentó su carta de renuncia ante las autoridades eclesiásticas, y según el procedimiento, se debe esperar por el pronunciamiento del Vaticano para liberar al interesado de sus funciones con la Iglesia.
aea