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Supuestos radicales islamistas lanzaron bombas caseras y se enfrentaron en un tiroteo a un equipo de policías de Bangladesh que vigilaba las plegarias del Eid en Bangladesh, según las autoridades. Dos policías, una mujer y un supuesto miliciano murieron en el suceso, que dejó al menos 12 heridos.
Al menos una de las bombas explotó en una reunión para orar en el distrito de Kishoreganj, unos 90 kilómetros (60 millas) al norte de la capital, Daca. El evento había congregado a cientos de miles de personas con motivo del feriado musulmán de Eid-al-Fitr, que marca el final del Ramadán. En el lugar se producen las mayores congregaciones al aire libre para el feriado.
Después de la explosión que mató a dos agentes, la policía disparó sobre los agresores y mató a uno de ellos, explicó el asistente del superintendente de la policía Tofazzal Hossain. En el fuego cruzado murió una mujer que estaba en la zona. Más doce personas resultaron heridas por disparos o metralla, señaló, y dos de ellos se encontraban en estado crítico.
La policía acordonó la zona y registraba a los devotos y las viviendas cercanas para buscar a sospechosos ocultos, indicó Shafiqul Islam, que vive en la zona y estaba entre los que ofrecían sus plegarias por el Eid.
El suceso se produjo apenas unos días después de que el país sufriera una crisis de rehenes en la que murieron 28 personas, de las que 20 eran rehenes, dos eran policías y seis agresores. La mayoría de los rehenes asesinados en el ataque del viernes por la noche en Daca eran extranjeros —de Italia, Japón e India_, lo que aumentó la preocupación internacional sobre la creciente violencia extremista en Bangladesh.
Los ataques en el país comenzaron en 2013 y en general se han dirigido contra ateos, minorías religiosas y otras personas acusadas por los milicianos de ser "enemigos del islam".
Nadie reclamó la autoría del ataque del jueves, pero el gobierno insistió en atribuirlo a grupos milicianos internos de provocar la violencia para crear caos político y socavar la posición del gobierno secular de la primera ministra, Sheikh Hasina, y establecer un régimen islámico en el país, de mayoría musulmana.
El objetivo del ataque era el convoy policial que patrullaba el acto religioso, afirmó el ministro de Información, Hasanul Haq Inu.
"Es por completo una maniobra política. Intentan desestabilizar al gobierno. Es un ataque político para derrocar al gobierno secular de Sheikh Hasina", afirmó Inu a la televisora india CNN-News 18.
Aunque muchos de los ataques, incluida la toma de rehenes, han sido reivindicados por el grupo Estado Islámico, el gobierno ha rechazado las reivindicaciones del grupo, que tacha de oportunistas, y afirma que ninguno de los atentados se ha organizado desde el extranjero.
En cambio el gobierno de Hasina ha acusado a sus rivales políticos de respaldar a los milicianos en Bangladesh, una acusación que la oposición rechaza de plano.
El grupo extremista suní EI difundió el miércoles un video amenazando con más ataques en Bangladesh, según el SITE Intelligence Group, que monitorea la actividad yihadista en internet.
Muchos ciudadanos de Bangladesh han expresado su espanto por los ataques, aunque se mostraron decididos a plantarles cara.
"El auge de una militancia tan minúscula puede erradicarse muy pronto", dijo Mohammad Nizam Uddin Jitu, residente en Daca, tras participar en las oraciones del Eid el jueves en la mezquita nacional Baitul Mukarram, en la capital.
"La gente de este país está unida", dijo. "La gente de este país ama la paz. La gente de este país nunca apoya la militancia", afirmó.
lsm