El príncipe heredero al trono de Arabia Saudita intentó tranquilizar  a los saudíes sobre la seguridad en el país tras ataques suicidas con bomba en la ciudad sagrada de Medina, el consulado de Estados Unidos en Jeddah y contra chiíes en la ciudad de Qatif.


Al menos cuatro personas murieron en los ataques del lunes. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad, pero Estado Islámico ha realizado varios atentados similares en el reino durante el último año contra musulmanes chiíes y fuerzas de seguridad saudíes.


El príncipe Mohammed bin Nayef bin Abdul-Aziz, que también es el ministro del Interior de Arabia Saudita, visitó a dos funcionarios de seguridad y a un ciudadano heridos en el ataque en Jeddah, informó la agencia estatal de noticias SPA el lunes por la noche.


"La seguridad de la patria es buena, está en sus niveles más altos y gracias a Dios se vuelve más fuerte cada día", declaró el príncipe Mohammed durante la visita, citado por SPA.


Los ataques han agitado a los saudíes que se preparan para celebrar el Eid al-Fitr a partir del miércoles, tras el mes de Ramadán, en que observan el ayuno desde el amanecer hasta el atardecer.


Los ataques de militantes en Medina, hogar de la Mezquita del Profeta y el segundo sitio más sagrado para el Islam, no tienen precedentes. La familia gobernante Al Saud se considera como la protectora de Medina y de la Meca, los sitios más sagrados del Islam.


Al príncipe Mohammed se le ha atribuido haber puesto fin exitosamente a una campaña de ataques con bomba por parte de al Qaeda en Arabia Saudita entre 2003 y 2006.


"Sé que las operaciones terroristas no son una cosa simple y los impactos menores que sienten ahora se irán, si Dios quiere", comentó el príncipe Mohammed, según SPA. "He pasado por esto en el pasado y siento lo que ustedes sienten", agregó, en referencia a un ataque suicida con bomba contra su despacho al que sobrevivió en 2009.


jlcg

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