Turquía expulsó a cerca de mil 400 integrantes de sus fuerzas armadas y repletó el máximo consejo militar del país con ministros del gobierno,, en decisiones diseñadas por el presidente Tayyip Erdogan para lograr el control total del Ejército tras el fallido golpe de estado de este mes.


La nueva ola de expulsiones y la reforma del Consejo Militar Supremo (YAS, por sus siglas en turco) fueron anunciados en la gaceta oficial del gobierno apenas horas después de que Erdogan dijera en la noche del sábado que tenía previsto cerrar las academias militares existentes y poner a las fuerzas armadas bajo el mando del Ministerio de Defensa.


Según la gaceta, mil 389 militares fueron cesados por supuestos lazos con el clérigo islámico Fethullah Gulen, acusado por Turquía de orquestar la intentona golpista del 15 y 16 de julio. Gulen, que vive en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos, niega las acusaciones y ha condenado el golpe.


El anuncio se produce tras conocerse la semana pasada que más de mil 700 militares fueron licenciados sin honores por su papel en la intentona golpista, en la que una facción de las fuerzas armadas intentó derrocar al Gobierno con tanques, helicópteros y cazas de combate. Erdogan asegura que murieron 237 personas y hubo más de 2 mil 100 heridos.


El Gobierno dijo también que sus viceprimeros ministros y sus ministros de Justicia, Interior y Relaciones Exteriores serían nombrados como integrantes del YAS. El primer ministro y el ministro de Defensa eran con anterioridad los únicos representantes gubernamentales en el consejo.


Dentro del órgano sustituirán a varios mandos militares que no fueron renombrados en el YAS, incluidos los jefes del Primer, Segundo y Tercer Ejército, de la flota del Mar Egeo y de las fuerzas de seguridad de la Gendarmería, que suelen combatir a los militantes kurdos en el sureste del país. Los cambios parecen haber dado al Gobierno el control del consejo.


Erdogan, que escapó por poco a su captura y posible muerte en la noche del golpe, dijo en una entrevista a Reuters el 21 de julio que el Ejército, el segundo mayor de la OTAN, necesitaba "sangre nueva". El licenciamiento sin honores previamente anunciado incluyó a cerca del 40 % de los almirantes y generales turcos.


Hasta el momento, más de 60 mil personas en el Ejército, la Justicia, el servicio público y la educación han sido detenidas, cesadas de sus cargos o suspendidas por sus supuestos lazos con Gulen.


jlcg

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