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Lima.— La esperanza de un pueblo se percibe en las calles. La capital de este país está conformada de 43 distritos y en prácticamente todos se siente el nacionalismo, pues no hay una calle en la que, en las fachadas y patios, no ondee la bandera rojiblanca de Perú.
Este jueves finalizó el quinquenio de Ollanta Humala, un militar retirado que se convirtió en político y que concluye su administración con una alta desaprobación de acuerdo con distintos sondeos locales debido a diversos escándalos, incluyendo algunos que involucran a su esposa, Nadine Heredia.
Fue una semana de eventos importantes para el nuevo presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PKK), pues el miércoles cumplió 20 años de casado con su esposa, Nancy Lange, a quien dijo: “Gracias por todo el amor y por ser una gran compañera”. Además, se conmemoró el 195 aniversario de la independencia de Perú y Kuczynski asumió el poder, con la transmisión del mando supremo, hasta el 2021.
Kuczynski es un economista y empresario. Fue ministro de Energía, Economía y de Minas hace unos años y en 2011 ya fue candidato a la presidencia y quedó en tercer lugar, por debajo de Ollanta Humala y Keiko Fujimori.
Perú es un país tradicionalmente religioso. Incluso en su último día de gobierno, Ollanta Humala participó, junto a su gabinete, en una misa de agradecimiento y de despedida en la Catedral de Lima.
En la misa el cardenal Juan Luis Cipriani reprochó a los políticos que pudiendo hacer más por el pueblo peruano no lo hayan hecho y dijo: “No basta con todo el dinero para acabar con la enorme desigualdad que existe en nuestro país” e insistió en que hace falta un mayor esfuerzo de todas las personas que ejercen el poder para que Perú salga adelante.
A la toma de protesta de Kuczynski acudieron el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su comitiva, así como de Ecuador, Rafael Correa; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Michelle Bachelet; de Paraguay, Horacio Cartes; de Argentina, Mauricio Macri y el rey de España, Juan Carlos I.
En una ceremonia en el Congreso peruano, Kuczynski habló por más de 40 minutos y se comprometió a luchar contra la corrupción, la inseguridad y la desigualdad que muchas regiones de este país andino siguen padeciendo.
“Quiero una revolución social para mi país”, anunció Kuczynski ante la mirada del pueblo peruano que se detuvo para esta toma de posesión. Al salir del edificio del Congreso peruano, el mandatario caminaba alegre, con ilusión, arropado por su gabinete, juró el cargo y pasó revista a las Fuerzas Armadas, quienes le demostraron lealtad.
Posteriormente llegó al Palacio de Gobierno, desde donde comenzó su administración, que concluirá en julio de 2021.
Antes de desaparecer de la escena pública, Humala, su ahora antecesor, le deseó suerte en su mandato, pero le advirtió que se mantendrá vigilante de su gobierno para evitar que haya abusos.