La clase política francesa, encabezada por el presidente François Hollande, se reunió en la catedral de Notre Dame de París para homenajear al sacerdote Jacques Hamel, asesinado en una iglesia de la localidad normanda de Saint Etienne du Rouvray.
Las fuerzas de seguridad establecieron un vasto perímetro de seguridad en torno a la catedral desde horas antes del comienzo del servicio eucarístico para controlar a todos los asistentes, entre los que había representantes de las distintas confesiones presentes en Francia.
Unas mil 500 personas llenaron Notre Dame para asistir a la ceremonia, entre ellas, además de Hollande, el primer ministro, Manuel Valls, los expresidentes franceses Nicolas Sarkozy y Valéry Giscard d'Estaing, o los jefes de filas de los partidos de la oposición.
El cardenal André Vingt-Trois ofició la eucaristía junto al arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, de cuya diócesis dependía el sacerdote de 86 años degollado ayer por dos yihadistas, que fueron posteriormente abatidos por la policía.
"Quienes se cubren con la bandera de la religión para enmascarar su proyecto mortífero, quienes nos quieren anunciar a un Dios de la muerte (...) no pueden esperar que el hombre ceda a su espejismo", dijo Vingt-Trois.
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