La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, decidió no asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Rousseff, quien enfrenta un juicio político y la posibilidad de ser separada defenitivamente del cargo, quedando Michel Temer, presidente interino, como sus sucesor, recibió una invitación formal para asistir al evento, el próximo 5 de agosto.
"Ella no irá", contó uno de los asistentes de la política a Reuters.
La mandataria suspendida fue tajante en una entrevista, en la que informó que no tomaría parte en la fiesta Olímpica en una "posición secundaria.
En fechas pasadas, un vocero del ejecutivo subrayó que Dilma era bienvenida a tomar parte en la ceremonia pero no en el mismo balcón queTemer.
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