Berlín.— Una explosión causó ayer al menos un muerto y 12 heridos en la ciudad alemana de Ansbach, cerca de Núremberg. Las autoridades dijeron que creían que el estallido fue intencional.
Una portavoz de la policía declaró que la persona que falleció en el incidente, un hombre con una mochila, posiblemente llevaba un artefacto explosivo y actuó solo. Añadió que tres de las 12 personas lesionadas estaban graves.
Medios europeos informaron que el agresor era un refugiado sirio, de 27 años, a quien se le había denegado el asilo en la nación y anteriormente había intentado suicidarse, al menos en dos ocasiones.
La explosión afuera de un restaurante en la localidad de Ansbach generó la evacuación de más de 2 mil personas de un festival de música que se realizaba en las cercanías, indicó la policía.
“Suponemos que fue una explosión deliberada”, dijo un portavoz del Ministerio del Interior del estado de Baviera. Agregó que no se habían hecho arrestos aún y que el ministro Joachim Herrmann se dirigía al lugar.
Carda Seidel, alcaldesa de Ansbach, declaró que el estallido fue causado por un artefacto explosivo, según el sitio web de noticias Nordbayern.de. A la zona se desplazaron numerosas ambulancias y también equipos de rescate.
Por la tarde, un hombre de 21 años, a quien algunos medios identificaron como un refugiado sirio, fue arrestado tras matar a una mujer embarazada con un machete en Reutlingen, cerca de Stuttgart.
Según trascendió, el hombre atacó a la joven después de haber mantenido con ella una discusión. Además agredió a otras dos personas. Todavía no está claro si el agresor conocía a las víctimas.
Ese incidente ocurrió después de que un refugiado paquistaní hirió con un hacha a cinco personas cerca de Wurzburgo, también en el sur de Alemania, antes de ser abatido por la policía el 18 de julio.
No había información inmediata sobre posibles motivos de la explosión en Ansbach, pero la policía dijo que el ataque del domingo en Reutlingen no tenía conexión con el Estado Islámico (EI) u otros grupos militantes.
Muchos habitantes llamaron a la policía preocupados tras el incidente del viernes en Múnich, en el que un estudiante germano-iraní asesinó a tiros a nueve personas antes de suicidarse.