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Múnich.— Un joven alemán-iraní de 18 años causó ayer una ola de terror en esta ciudad alemana, tras disparar en un centro comercial y matar a nueve personas, antes de suicidarse. Se desconocen sus motivaciones.
El ataque, que se produjo una semana después de la masacre en Niza, ciudad francesa, reivindicada por el Estado Islámico, comenzó en un restaurante de comida rápida (McDonald’s), donde el agresor abrió fuego y luego continuó en el centro comercial Olympia, en el norte de la ciudad. Posteriormente el sospechoso se dio a la fuga.
Testigos relataron cómo un hombre vestido de negro y con una mochila roja sacó un arma y comenzó a disparar. Olympia se encuentra enclavado en un área residencial y está a dos estaciones de Metro del Estadio Olímpico de la ciudad. Tiene 135 locales y es uno de los mayores centros de compras de Múnich. El cuerpo del joven, que usó una pistola, fue hallado en una calle aledaña del centro comercial, con signos claros de suicidio, informó en rueda de prensa el jefe de la policía muniquesa, Hubertus Andrä, tras levantarse la alerta terrorista. Además de los nueve muertos, hubo 21 heridos, entre ellos algunos niños; 16 siguen ingresados y tres están graves.
“De momento no vemos ninguna similitud”, respondió el mando policial al ser preguntado sobre paralelismos con el atentado cometido el lunes por un refugiado afgano de 17 años que, inspirado en la propagada yihadista, atacó con un hacha y un cuchillo a los pasajeros de un tren regional, con un balance de cinco heridos. La policía, recalcó Andrä, trabaja sobre la base de que lo ocurrido ayer fue un tiroteo y no puede avanzar si se trató de un atentado o de un acto de locura del joven, cuyo entorno es investigado.
En un principio, todo fue confusión. La policía buscaba a por lo menos tres agresores con armas largas en su poder, con base en los relatos de testigos que vieron a dos hombres salir rápidamente del Olympia en un vehículo. “Pero no tenían nada que ver con el asunto”, dijeron las autoridades. Austria y República Checa elevaron la vigilancia en las fronteras.
La policía desplegó un gran operativo en una plaza del centro de Múnich después de que trascendieran versiones de un tiroteo y que muchas personas corrieran en la zona presas del pánico, hasta que se determinó que se trató de una falsa alarma.
Un total de 2 mil 300 agentes y fuerzas de élite de Alemania y Austria fueron desplegados en Múnich para velar por la seguridad y buscar a los autores de la matanza que activó el “estado de agudo terror”.
Entre las fuerzas que participaron estuvo la policía antiterrorista de élite GsG9, creada en 1972 tras la toma de rehenes de los Juegos Olímpicos de Múnich. Vía Twitter, la policía, que colgó sus mensajes en alemán, inglés, francés y turco, apremió a los ciudadanos a que abandonaran los espacios públicos y no salieran de casa. También se pidió que cualquier video o foto del ataque fuera colgada en una página web oficial para ayudar a los investigadores. El transporte público fue suspendido, así como el tráfico ferroviario. La estación central de trenes fue evacuada. Médicos y enfermeras fueron llamados a asumir turnos adicionales en los hospitales.
Facebook activó el Safety Check para que los usuarios dieran señales de que estaban a salvo. Muniqueses emplearon en Twitter el hashtag #OffeneTür (Puertas abiertas) para ofrecer o recibir refugio en la ciudad ante la paralización del transporte público. Funcionarios pusieron a disposición de la gente trenes en las afueras de la ciudad para pasar la noche.
Yihadistas celebran. Las autoridades no han encontrado indicios de que el ataque esté inspirado en el Estado Islámico (EI), aunque yihadistas celebraban en las redes sociales lo ocurrido.
También se especula con que podría ser obra de radicales de derecha. En internet circuló un video con una pelea a gritos entre un presunto agresor y un vecino en el que el primero afirmaba que él sí era alemán y que había nacido en Múnich. Analistas televisivos recordaron que el atentado coincidió con el quinto aniversario de la masacre de Utoya, Noruega, en la que el ultraderechista Anders Behring Breivik mató a 77 personas. Fue condenado a 21 años de prisión, prorrogables de forma indefinida.
El presidente alemán, Joachim Gauck, se declaró consternado por el “ataque asesino”. La canciller Angela Merkel preside hoy una reunión del Gabinete Federal de Seguridad para analizar la situación.
Barack Obama, presidente estadounidense, expresó su solidaridad con el pueblo alemán por el “aparente ataque terrorista” y acto “atroz que mató e hirió a numerosos individuos en el corazón de una de las ciudades más vibrantes de Europa”.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto lamentó, vía Twitter, “los hechos de violencia en Múnich” y dijo que “México se une al dolor del pueblo alemán”.