Niza.— El hombre que mató a 84 personas en Niza planeó su ataque en los días previos a la festividad nacional francesa del Día de la Bastilla y había dado muestras hace poco de su interés por el radicalismo islámico, afirmó ayer Francois Molins, fiscal de París.

“Si bien en este momento no hay elementos en la investigación que sugieran una lealtad al Estado Islámico ni relaciones con individuos del grupo, él [Mohamed Lahouaiej Bouhlel] mostró cierto interés en los movimientos yihadistas radicales”, dijo.

Las investigaciones realizadas hasta el momento han demostrado el “carácter premeditado” del atentado. “Todos estos elementos en su conjunto nos llevan a analizar los hechos como un atentado que había sido ideado y preparado previamente”, aseguró Molins.

El autor del ataque había reservado el camión, de 19 toneladas, el 4 de julio y lo había recogido el día 11 de este mes, indicó el funcionario.

El tunecino había buscado después del 1 de julio varias veces en internet informaciones sobre los festejos del 14 de julio y videos sobre accidentes mortales. También se sabe que buscó canciones religiosas, que utiliza el Estado Islámico como un instrumento de propaganda.

Actualmente, sin embargo, aún no hay evidencias de que Bouhlel pertenecía a la milicia terrorista. El Estado Islámico se había referido al atacante como su “soldado”, señaló el fiscal francés.

En el ataque murieron 84 personas, de las cuales 10 eran niños o adolescentes. Molins informó que 19 de los heridos se encuentran todavía en peligro de muerte y en total siguen hospitalizadas 114 personas. Por el momento fueron identificadas 71 de las víctimas mortales.

Ayer miles de personas se reunieron en el Paseo de los Ingleses para homenajear a las víctimas del atentado. El primer ministro francés, Manuel Valls, se trasladó a Niza junto con otras autoridades regionales e internacionales como el príncipe Alberto de Mónaco, el capitán de la selección francesa de fútbol Hugo Lloris y la embajadora estadounidense en Francia, Jane Hartley.

Antes y después de este homenaje, algunos de los presentes abuchearon a Valls y a otras autoridades. Por el contrario, los bomberos y los equipos de rescate fueron aplaudidos por los manifestantes.

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