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Estambul.— El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió esta madrugada que “limpiará” a las Fuerzas Armadas, tras el intento de golpe que declaró fallido y que dejó al menos 60 muertos y cientos de heridos.
Los choques continuaban entre las fuerzas policiales y los militares rebeldes en Estambul y Ankara, por lo que el mandatario pidió a sus simpatizantes, que tomaron las calles y cuya presión permitió poner fin a la intentona golpista, no regresar a sus casas hasta que la situación se normalice.
“Este levantamiento es un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el ejército será limpiado”, afirmó el mandatario en rueda de prensa al poco de aterrizar en Estambul, donde lo recibió una multitud, asegurando que los golpistas pagarán cara su “traición”. En su alocución, desde el aeropuerto Atatürk, Erdogan acusó a los militares golpistas de levantarse contra un gobierno que “llegó al poder con el voto del pueblo”.
Según él, los militares “no pueden aceptar” su triunfo en la urnas. El actual presidente llegó al cargo en 2014 con 51.8% de los votos. Antes de eso, gobernó como primer ministro desde 2003 con sucesivas mayorías absolutas de su partido, el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
El jefe de Estado negó que los golpistas hayan logrado hacerse con el control del país y afirmó que sólo un pequeño grupo de militares participó en la intentona. “Nunca cederemos nuestro país a los ocupantes”, prometió.
Erdogan convocó a los mandos militares a “ser respetuosos con los valores de esta nación” y afirmó que hay miembros del ejército recibiendo “órdenes de Pennsylvania”, en referencia a la residencia en el exilio de Fetullah Gülen, un influyente predicador islamista, antiguo aliado del AKP y ahora enfrentado a él y a quien Erdogan acusó de estar detrás del intento por derrocarlo.
Gülen ya ha sido acusado en el pasado de estar detrás de las filtraciones que destaparon escándalos de corrupción de la gente cercana al mandatario, de terrorismo y de querer desestabilizar al país. Gülen dirige una comunidad islámica que comenzó a extenderse en los años 1980. Conocida como la red Hizmet (Servicio), y a la que están afiliados empresarios y burócratas, ha sido comparada con el Opus Dei por su influencia.
En Estados Unidos, el grupo de Gülen desmintió las “irresponsables” acusaciones de Erdogan y reafirmó, en un comunicado, su compromiso con “la paz y la democracia”.
Según el primer ministro turco, Binali Yildirim, los cabecillas de la intentona golpista son unos 40 altos mandos, principalmente coroneles pero también un general, quien habría muerto durante el golpe. Además, informó que unos 130 militares han sido detenidos por su participación en el intento de derrocar al gobierno. El propio Erdogan anunció una operación de detenciones de militares golpistas.
El intento del golpe fue especialmente duro en Ankara y en Estambul, donde explosiones, tiroteos y el vuelo rasante de aviones de combate fueron una constante. En la capital, donde helicópteros militares atacaron la sede de la Dirección de Seguridad, al menos 42 personas murieron en los enfrentamientos. En todo el país, según la fiscalía, la cifra de fallecidos asciende al menos a 60.
El Parlamento, en Ankara, fue objetivo de un bombardeo aéreo, que dejó unos 40 heridos, entre ellos dos de gravedad. En Estambul se habían contabilizado al menos seis civiles muertos y unos 100 heridos. En la ciudad eurasiática, los militares abrieron fuego contra grupos de personas que salieron a manifestarse contra los golpistas.
Desde el primer momento, Erdogan, quien mientras permaneció en un lugar no aclarado, “a salvo”, se dirigió al país vía FaceTime y Twitter para pedir a la población que se echara a la calle contra los militares rebeldes. El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, dijo a los turcos que “saltaran sobre los tanques”.
Poco después de confirmarse el levantamiento, los militares hicieron leer un comunicado en la emisora pública TRT en que acusaron a Erdogan de “traidor” y de haber establecido un “régimen autoritario del miedo”. La toma de emisoras fue otra constante, incluyendo el asalto, transmitido en vivo, del canal privado CNNTürk.
El Ejecutivo aseguró hoy que está enfocado en recuperar por completo el mando y que Hulusi Akar, jefe del Estado Mayor que había sido capturado por los golpistas, fue liberado.
La comunidad internacional condenó la intentona militar. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió respaldar al “gobierno democráticamente electo” de Erdogan. La Unión Europea hizo lo propio. Agencias