Una de las consecuencias más devastadoras del ataque en Niza fue que decenas de los muertos o heridos son niños que habían ido a ver los fuegos artificiales por el Día de la Bastilla.
El hospital infantil de Niza atendió a unos 50 niños y adolescentes después del ataque del jueves en la noche, incluyendo a dos que murieron en cirugía. Cinco permanecían en condición crítica el viernes en la noche, de acuerdo con Stephanie Simpson, directora de comunicaciones del hospital Lenval Foundation.

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