Un aliado del jefe de Estado interino de Brasil, Michel Temer, el diputado derechista Rodrigo Maia, fue elegido hoy nuevo presidente de la Cámara baja, en una victoria importante para el Gobierno provisional.

Maia, del partido Demócratas (DEM), se impuso en una segunda votación por 285 votos a 170 a Rogério Rosso, del Partido Social Democrático (PSD), quien era considerado el delfín del polémico e influyente Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara baja que desencadenó el juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff.

El nuevo jefe de los Diputados recibió el apoyo declarado por parte de partidos de centro-derecha y también de fuerzas de izquierda, que querían evitar el triunfo de Rosso, el aspirante más cercano a Cunha.

La propia Rousseff, en una entrevista a una radio, manifestó hoy que su prioridad en esta votación era "interrumpir" la influencia de Cunha en la Cámara de los Diputados.

El mandato de Maia se prolongará apenas hasta febrero del año que viene, fecha en la que vencía el período de Cunha, quien está imputado por el caso de corrupción en Petrobras y renunció la semana pasada al cargo, pero no a su escaño.

Maia, de 46 años, está en su quinto mandato de diputado consecutivo y es hijo de César Maia, el anterior alcalde de Río de Janeiro.

En su discurso, Maia afirmó que entre sus labores estará la de "pacificar" la Cámara de los Diputados, que desde la reelección de Rousseff vivió una escalada de tensión y, sin citar a Cunha, prometió acabar con los "intereses" particulares que han guiado el Legislativo en los últimos tiempos.

"Convoco a todos para que mañana podamos darle la vuelta a la página que nos avergüenza tanto a todos, de intereses de uno dos o tres parlamentarios", dijo Maia al pedir el voto.

Tanto Maia como Rosso tenían el beneplácito del Gobierno que preside Temer, de entre los trece candidatos que se presentaron en la primera votación realizada este miércoles.

De hecho, Temer aseguró que el Gobierno no se inmiscuyó en la elección, aunque expresó públicamente su desagrado hacia uno de los candidatos, Marcelo Castro, que fue postulado por su propia formación, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y que a la postre fue el tercero más votado.

Castro fue ministro de Salud en el Gobierno de Dilma Rousseff y votó en contra del proceso de destitución de la mandataria, que está suspendida de sus funciones desde el pasado 12 de mayo.

Para el Gobierno, la elección de Maia supone un espaldarazo, ya que la principal función del presidente de la Cámara de los Diputados es definir la agenda de temas que son sometidos a votación en el pleno, con lo que tiene poder para acelerar las iniciativas legislativas del Ejecutivo.

El Gobierno de Temer tiene en el tintero una serie de reformas económicas para atajar la crisis que tienen que pasar por el Parlamento, como la del sistema de pensiones.

Las labores de la Cámara de los Diputados se vieron ralentizadas desde el pasado mayo, cuando Cunha fue suspendido de sus funciones por orden del Tribunal Supremo, por sospechas de que se valía de su cargo y su escaño para obstruir la acción de la justicia en las causas por corrupción abiertas en su contra.

Este tiempo, la Cámara fue presidida en forma interina por Waldir Maranhao, quien no contaba con el apoyo de la gran mayoría de sus colegas.

Por la ausencia de un vicepresidente, Maia también será el primero en la línea de sucesión de Temer en el caso de que el Senado destituya a Rousseff al final del juicio político que se lleva a cabo en el Senado.

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