Las autoridades italianas buscan aún cadáveres entre los restos de los dos trenes siniestrados el martes en el sur del país, al tiempo que los investigadores siguen la pista de un presunto error humano que explique el desastre.
El Departamento de la Protección Civil italiana ha señalado que el balance provisional se sitúa en veintisiete víctimas mortales y alrededor de cincuenta heridos, muchos de ellos en condiciones graves.
La delegada del Gobierno en la provincia de Barletta-Andria-Trani (sur), Clara Minerva, explicó a la cadena televisiva Skytg24 que por el momento han llegado al hospital policlínico de Bari veintitrés cadáveres.
No obstante, se ha elaborado un listado con un total de veintisiete personas que al parecer viajaban en los convoyes siniestrados según sus familiares y que por el momento no han sido localizadas.
A estas personas podrían pertenecer los numerosos restos mortales hallados en las últimas horas durante las labores de limpieza del área, al retirar los vagones siniestrados y los múltiples pedazos de carrocería de los trenes.
Por esta razón, los servicios de emergencia se afanan en limpiar el área y liberar el tramo ferroviario, unas labores que se completarán previsiblemente en las próximas horas.
A las 12.30 locales (10.30 GMT) ha sido convocada una rueda de prensa para actualizar el balance de la tragedia y en la misma participará la propia Minerva, así como miembros de Protección Civil y de la Fiscalía de Trani, que ya investiga los hechos.
El choque entre los dos trenes se produjo en la mañana del martes, cuando recorrían la misma línea que une los municipios de Andria y Corato, en la región meridional de Apulia.
El hospital de Bari ya ha completado el reconocimiento de las víctimas mortales y, según ha explicado el médico que se ha encargado de ello, Francesco Nardelli, la mitad de los cadáveres pertenecen a personas jóvenes.
Las autoridades siguen la pista de un presunto error humano que originó el desastre, ya que los trenes circulaban por una vía única y, al parecer, uno de ellos partió de su estación con retraso.
Este suceso ha suscitado el debate sobre las obsoletas infraestructuras del sur italiano, ya que el trafico ferroviario en esta zona se gestiona mediante una llamada telefónica entre los controladores, un sistema implantado hace cincuenta años.
Los expertos han defendido en varios medios que es necesario implantar un sistema de control ferroviario automático.
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