Al cabo de una cerrada votación y un confuso conteo, que en menos de 24 horas cambió del “no” al “sí”, la Iglesia anglicana de Canadá aprobó hoy los matrimonios entre personas del mismo sexo.
A menos de 24 horas de que se diera a conocer un voto mayoritario en contra de los matrimonios gay, la máxima jerarquía de la Iglesia anglicana reconoció un error en el conteo de votos en una elección cerrada, y admitió que el triunfo fue a favor de estas uniones.
Para ser aprobada la resolución se requerían las dos terceras partes de cada una de las tres órdenes: laicos (congregación religiosa que no depende de la jerarquía), clérigos y obispos.
Los clérigos no alcanzaban las dos terceras partes por un voto, el cual aparentemente no fue sumado porque fue contado en la orden de los laicos.
El error fue encontrado luego de que los delegados requirieran una copia detallada de los votos electrónicos.
Una vez aclarado el error de conteo la resolución fue aceptada y el arzobispo Fred Hiltz declaró que la iglesia anglicana estaba a favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
El obispo John Chapman, de Ottawa, adelantó que planeará de inmediato este tipo de uniones en su diócesis.
Sin embargo, la resolución necesitará de la afirmación del sínodo de 2019 antes de que se convierta en ley eclesiástica.
La iglesia anglicana canadiense ha mostrado simpatía hacia la comunidad LGBTQ.
“Ha sido un proceso difícil, pero al final pudimos avanzar”, dijo el obispo Logan McMenamie, de Columbia Británica.
Quienes votaron a favor de esta resolución lo hicieron afirmando “la santidad de las relaciones entre personas del mismo sexo”.
El arzobispo anglicano de Toronto, Colin Johnson, consideró que la votación de hoy es un “paso lógico en la evolución de la iglesia”.
Alrededor de 1.6 millones de canadienses se identifican como anglicanos, según el organismo oficial Estadísticas de Canadá, mientras que datos de la propia jerarquía anglicana indican que 500 mil iglesias son parte de las dos mil 800 congregaciones en Canadá.
El gobierno canadiense aprobó en 2005 el matrimonio entre personas del mismo sexo, uniéndose a Bélgica, Holanda y España.