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Washington.— Micah Xavier Johnson, autor de la matanza de cinco policías en Dallas, Texas, planeaba un ataque de mayores proporciones desde antes de las muertes de dos hombres negros a manos de agentes blancos ocurridas la semana pasada, que desataron la indignación y la protesta en todo el país, declaró ayer David Brown, jefe de la policía de Dallas.
El oficial aseguró que los investigadores están “convencidos” de que el atacante “pensaba que estaba haciendo lo correcto al hacer pagar a los policías por lo que él veía como esfuerzos de los agentes por castigar a la gente de color”.
“Nuestro registro de la casa del sospechoso nos lleva a creer, basado en los materiales para la fabricación de bombas y el diario que encontramos, que había estado practicando detonaciones y que tenía material suficiente para haber provocado efectos devastadores en nuestra ciudad y nuestra área del norte de Texas”, afirmó Brown.
“Creemos que esas muertes [de dos afroestadounidenses] sólo desataron su delirio para acelerar sus planes y vio la protesta de Dallas como una oportunidad para empezar a sembrar el caos entre nuestros agentes”, señaló el jefe policiaco.
Los investigadores aún no han podido determinar si Johnson actuó solo o tuvo cómplices, pero sí confirmaron que no tenía antecedentes penales. La única mancha en su expediente era una denuncia de abuso sexual por parte de una soldado que nunca trascendió del ámbito militar pero que, según el abogado del caso, dio lugar a su baja del servicio en abril de 2015.
Tras revisar el diario con tácticas de combate que encontraron en el domicilio del agresor, los agentes concluyeron que “obviamente tenía algún tipo de delirio. Había partes un poco confusas que son difíciles de descifrar. Sólo puedo añadir que en la pared del lugar donde murió escribió las letras ‘RB’ con su propia sangre”, apuntó Brown.
Johnson “parecía estar muy en control de la situación cuando negociaba con los agentes, con claridad mental y determinado a seguir causando más daño”, explicó el jefe de la policía, quien defendió su decisión de enviar un robot con una bomba adosada al estacionamiento donde estaba atrincherado el atacante para poner fin a la situación.
La matanza de Dallas no ha frenado las manifestaciones por todo el país del movimiento Black Lives Matter, que se ha desmarcado del suceso de Dallas y ha recordado que su razón de ser es “llamar al fin de la violencia, no a su escalada”.