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Una familia mexicana quedó varada tres días en Dallas sin documentos, automóvil ni equipaje luego del ataque de un francotirador el pasado jueves a la noche que provocó la muerte de cinco agentes policiales en Dallas.
Clemente Gutiérrez Castellanos y sus hijos Clemente, de 20, y Daniel de 16, paseaban la tarde del pasado jueves en el centro de Dallas, en el último día de una corta visita a esta ciudad, antes de subir a su automóvil para volver a Sahuayo, en el estado mexicano de Michoacán.
Gutiérrez Castellanos, un pequeño empresario, llegó con sus hijos a Dallas en víspera del incidente armado a fin de conocer e inspeccionar una máquina que planea adquirir para su imprenta en Sahuayo.
En sus últimas horas de visita a Dallas, Gutiérrez y sus hijos dejaron su vehículo, un Honda CR-V, cargado con todas sus cosas, en un estacionamiento del centro de Dallas para pasear antes de iniciar el viaje de mil 700 kilómetros de regreso a Sahuayo.
Los tres subieron al mirador del edificio Reunion Tower para un refrigerio ligero y apreciar la ciudad, cuando escucharon fuertes detonaciones de arma de fuego.
Aún sin saber lo que ocurría, bajaron y se encaminaron a donde habían dejado estacionado su automóvil, contó Gutiérrez a Notimex.
Al poco tiempo de caminar “nos topamos con un retén policiaco donde nos informaron que no podíamos continuar” hacia donde se encontraba el automóvil en el estacionamiento del Bank of America, en el centro de Dallas.
Decenas de agentes de la policía comenzaban entonces a cerrar unas 25 cuadras del centro de la ciudad para tratar de aislar al atacante y evitar que más personas resultaran lesionadas.
Micah Xavier Johnson, de 25 años, había ya lesionado a nueve policías, cinco de ellos fatalmente.
Sin poder regresar a su automóvil, los tres miembros de la familia Gutiérrez volvieron al Hotel Hyatt al pie de la Reunion Tower, donde autoridades resguardaban a cientos de personas de una situación confusa pero riesgosa por los disparos de arma de fuego.
Gutiérrez y sus hijos esperaron varias horas hasta casi las 01:00 horas del viernes, cuando la policía les informó que no se podía ingresar al centro de la ciudad y se desconocía por cuánto tiempo.
“Nos fuimos a un hotel, cerca del Farmers Market (al sur del centro de Dallas) sólo con lo puesto”, dijo Gutiérrez. “No pudimos pasar, no pudimos recoger ninguna de nuestras cosas en el carro”.
La mañana del viernes la policía había reforzado el aislamiento de una amplia zona del centro de la ciudad, obligando al cierre de cientos de oficinas y establecimientos y a miles de empleados a no trabajar ese día.
El cerco se mantuvo sábado y domingo y continúa aun este lunes para permitir a las autoridades una exhaustiva investigación de los hechos.
Imposibilitado de tener acceso a su equipaje, a sus documentos y a un medicamento que utiliza para controlar su presión arterial, Gutiérrez expuso su problema el viernes a la mañana a una reportera del Canal 23, la estación local de la cadena Univisión.
La reportera lo condujo entonces a la estación de televisión, donde lo puso en contacto con el cónsul de México en Dallas, Francisco de la Torre Galindo, quien se trasladó al lugar para recogerlos y auxiliarlos.
El consulado de México destinó entonces un presupuesto de asistencia para proveer a los tres connacionales de alimentos, vestimenta y hotel durante el fin de semana y hasta este lunes.
Gestiones del consulado de México con el enlace en el Departamento de Policía de Dallas permitieron este lunes el acceso de Gutiérrez a su automóvil para recoger sólo sus documentos y su medicamento.
Gutiérrez y sus hijos planeaban regresar al final de este lunes en avión a Guadalajara y luego a Sahuayo, donde los esperan sus familiares.
“Tengo un compromiso en Sahuayo y debo regresar”, explicó Gutiérrez, aun cuando eso significa que deje su automóvil, estacionado aún en el sitio donde quedó desde el jueves del tiroteo.
“Voy a regresar por el automóvil cuando se me notifique que ya se puede recoger”, señaló agradecido por la ayuda que recibió durante el incidente.
ae