El papa Francisco introdujo un nuevo proceso legal para apartar de su cargo a los obispos que gestionen mal los casos de abusos sexuales, señalando que podrán ser destituidos si el Vaticano determina que fueron negligentes en su trabajo.

La ley publicada responde a una antigua demanda de las víctimas de abusos y sus defensores, que reclamaban que se exigieran responsabilidades a los obispos por no proteger a sus congregaciones de los pedófilos. Las víctimas han acusado desde hace tiempo a los obispos de ocultar los abusos y trasladar a los agresores de parroquia en parroquia en lugar de reportarlos a la policía.

En las nuevas normas, Francisco admite que la ley canónica ya permitía destituir a un obispo por negligencia. Sin embargo, señaló que quería ser más preciso al definir los "motivos graves" que pueden costarles el puesto.

jlcg

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