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Londres.— La peor pesadilla de la Unión Europea (UE) y de los mercados se hizo realidad. De acuerdo con resultados oficiales, Reino Unido votó ayer a favor de abandonar el bloque en un histórico referéndum que ha desatado un tsunami económico, político y social.
La victoria del sí es una realidad y Reino Unido se convertirá en el primer país miembro de la UE en abandonar a la unión, con consecuencias imprevisibles. La respuesta a una sola pregunta: “¿Debería Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o abandonar la Unión Europea (UE)?” definió el futuro de millones de personas. La participación en el referéndum alcanzó poco más de 72% en esta consulta en la que estaban habilitados para votar más de 46 millones de británicos. Un 51.9% se decantó por dejar la UE, contra 48.1% que consideró que era mejor mantenerse dentro del bloque, escrutados los resultados de al menos 374 de 382 distritos. “Nuestro día de la independencia”, afirmó un exultante Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) y uno de los grandes defensores del Brexit
El norte de Inglaterra fue clave en la definición de los resultados y aunque falta por ver cómo votaron los distintos sectores del electorado, los expertos apuntaban desde días antes que los adultos mayores eran grandes defensores del Brexit y abogaban por devolver al país sus viejas glorias, mientras que los jóvenes favorecían la permanencia.
Una montaña rusa de emociones se vivió a lo largo del día, pues la primera encuesta divulgada tras el cierre de los colegios electorales, elaborada por la firma YouGov, daba la victoria a la permanencia, con 52%, contra 48% para la salida. Pero los resultados oficiales demostraron una realidad opuesta. Los primeros datos provinieron de Sunderland, que dieron ventaja a la salida, marcando la pauta de lo que ocurrió después. El primer ministro británico, el conservador David Cameron, defensor de la permanencia y quien decidió jugársela al convocar al referéndum, cumpliendo una promesa de campaña, ve así su futuro político comprometido y algunos medios apuntaban a la posibilidad de su renuncia.
El resultado aviva los temores de un efecto dominó en otros países (la extrema derecha holandesa ya está pidiendo un referéndum) y deja en la incertidumbre el futuro de los británicos que viven en otros países de la UE y de los europeos que residen en Reino Unido, así como de los migrantes, factor clave en la balanza del referéndum. El Brexit, aunque no ocurrirá inmediatamente —se tiene que presentar la solicitud ante las instituciones europeas— también significará una renegociación de los términos de comercio, así como el fin de los privilegios que la UE prometió conceder a los británicos si se quedaban en el bloque.