Los sindicatos que se oponen a la reforma laboral del Gobierno francés fueron finalmente autorizados hoy a manifestarse mañana en París, después de que se prohibiera esta mañana la marcha por razones de seguridad, pero con un itinerario diferente propuesto por el ministro de Interior, Bernard Cazeneuve.

El pulso que mantienen por el proyecto de ley los siete sindicatos con el Ejecutivo, y en particular con su primer ministro, Manuel Valls, tuvo esta mañana varias horas de tensión álgida, a las que Cazeneuve dio salida con ese nuevo itinerario.

Los secretarios generales de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, y de Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, se encargaron de anunciar a la prensa el compromiso alcanzado, que les autorizó a desfilar desde la plaza de la Bastilla por el canal del Arsenal, en dirección al Sena, y de vuelta a Bastilla.

Tres horas y media antes, la Policía había dicho que prohibía la manifestación inicialmente propuesta por las centrales, que se habían negado a aceptar una simple concentración como quería Interior, alegando la necesidad de evitar altercados como los registrados en anteriores marchas, en particular el pasado día 14.

La prohibición generó un aluvión de reacciones en contra, procedentes en particular de todo el arco sindical (incluida la CFDT, que apoya la reforma laboral), de la izquierda e incluso de una parte de la derecha y del ultraderechista Frente Nacional.

Cazeneuve, una vez autorizada la marcha, explicó en una comparecencia que había sido él "personalmente" el que había decidido la interdicción del itinerario de los sindicatos porque "no se podía contemplar" que se repitieran las "violencias completamente insoportables" del día 14, cuando 29 policías resultaron heridos.

El ministro justificó la opción definitiva de "un cortejo en un circuito extremadamente breve" y pidió a los organizadores "responsabilidad", antes de advertir de que "no se tolerará ningún desbordamiento, ninguna violencia".

Martínez insistió en que las organizaciones convocantes siempre habían pretendido manifestarse "pacíficamente", que su servicio de orden "reforzado" se ocuparía como siempre de los que están dentro del cortejo, y que los violentos que pueden actuar al margen de este son competencia de la policía y de Interior.

Pero más allá de la polémica sobre la conveniencia de que la protesta fuera en forma de desfile o de concentración, el líder de la CGT subrayó que no piensan desviarse del que es para ellos "el centro del problema", el proyecto de ley, que afirmó que tiene en contra a la mayoría de la opinión pública y favorece "el dumping social".

Martínez también se quejó de que el presidente francés, el socialista François Hollande, no haya "respondido todavía" a la carta que las siete organizaciones le enviaron el 20 de mayo.

Y dijo que "no tiene otra solución más que reunir a las organizaciones sindicales y juveniles" para discutir el proyecto, en el que quieren cambiar los principales artículos, que entre otras cosas dan primacía a los acuerdos de empresa sobre los sectoriales.

Tanto Martínez como Mailly, que habían previsto asistir mañana a desfiles en otras ciudades de Francia -donde ninguna de las marchas ha sido prohibida- y no en París, indicaron que finalmente estarán presentes en la de la capital.

Las siete organizaciones convocantes han previsto un nuevo desfile en París contra la reforma laboral el próximo día 28 en un itinerario que, según las conversaciones mantenidas hoy con Cazeneuve, deberá consensuarse en los próximos días.


jlcg

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