Francia rindió homenaje a la pareja de policías asesinada por un yihadista reincidente con un minuto de silencio y distintos reconocimientos a la labor de las fuerzas del orden en los que se negó que lo sucedido pueda atribuirse a una negligencia en el seguimiento al autor.

En una jornada en la que la investigación de la Fiscalía antiterrorista no arrojó nuevos datos sobre lo sucedido, las manifestaciones públicas de las autoridades se centraron en la condena a ese crimen y en la defensa del trabajo de los servicios de seguridad.

El primer ministro, Manuel Valls, destacó en la emisora "France Inter" que el asesino, Larossi Abballa, había cumplido una pena por terrorismo en 2013 y que las escuchas telefónicas a las que fue sometido en los últimos meses no habían suscitado sospechas.

El acto de un terrorista solitario "es el más difícil de detectar", dijo sobre el perfil de ese joven que juró lealtad hace tres semanas al jefe del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, y que acabó siendo abatido por las fuerzas del orden horas después del crimen.

Abballa, francés de 25 años de origen marroquí que se radicalizó a través de internet, tenía un historial de delincuente común y fue juzgado y sentenciado a tres años de cárcel junto a otras siete personas por ser miembro de una red que enviaba a yihadistas a Pakistán.

Los tres hombres, de 27, 29 y 44 años, detenidos esta semana por estar vinculados con él seguían hoy arrestados, según indicaron a Efe fuentes de la Fiscalía, y tampoco se han hecho públicos nuevos datos del registro en su domicilio en Mantes-la-Jolie, donde no se encontraron armas ni explosivos, pero sí material informático.

Los mensajes telefónicos que había intercambiado con sus camaradas en 2011 dejaron constancia de su voluntad entonces de pasar al acto en Francia alegando que era necesaria una "limpieza de infieles", pero el Ejecutivo subrayó hoy que la Justicia francesa no juzga las intenciones, sino los actos.

"Toda la nación está de luto", añadió Valls en una comparecencia en la Asamblea Nacional en la que el titular de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, recalcó que hay mil 400 radicalizados en las prisiones francesas y que "nunca se perdió de vista" a Abballa.

Tanto Valls como Urvoas participaron en el acto de homenaje celebrado en el Ministerio del Interior, en el que también estuvieron presentes el presidente del país, François Hollande, y el titular de ese departamento, Bernard Cazeneuve.

La pareja de policías asesinada a puñaladas en su domicilio en Magnanville en presencia de su hijo de tres años, Jean-Baptiste Salvaing, de 42 años, y Jessica Schneider, de 36, recibirá otro tributo esta noche en las zonas de hinchas de las diez ciudades anfitrionas de la Eurocopa de Francia.

Su muerte "con una violencia abyecta (...) ha horrorizado a todos los franceses", dijo Cazeneuve, quien insistió en que el Gobierno no cederá "nunca nada" en la lucha contra el terrorismo, pero reconoció que exigirá "más sacrificios".

La necesidad de incrementar los medios fue compartida por su homólogo alemán, Thomas de Maizière, que asistió como invitado al consejo de ministro galo y destacó ante los medios que los países de la Unión Europea deben reforzar su dispositivo de seguridad y buscar "soluciones europeas".

Ningún país puede afrontar solo los retos que suponen tanto el terrorismo islamista como la crisis de los refugiados, agregó De Maizière, que subrayó la "excelente cooperación" entre Francia y Alemania en estos ámbitos.

Horas antes, en una conversación telefónica entre Hollande y el presidente estadounidense, Barack Obama, los dos mandatarios habían apostado igualmente por la cooperación de sus respectivos servicios de seguridad para afrontar "una amenaza que evoluciona permanentemente".


jlcg

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