El peor ataque en suelo estadounidense desde el 11-S, en el que 49 personas murieron y 53 resultaron heridas, reúne dos elementos que no se excluyen en las investigaciones, consideraron ayer en Miami dos expertos.

La masacre ocurrió la madrugada del domingo en la discoteca gay Pulse de Orlando, Florida, y fue perpetrada por un ciudadano estadounidense identificado como Omar Mateen, de 29 años, durante la denominada “Noche Latina” de ese club nocturno.

El FBI reconoció ayer que había investigado durante 10 meses, entre 2013 y 2014, al homicida por posibles vínculos con grupos terroristas y detalló que ahora analiza dos viajes que Mateen realizó a Arabia Saudí.

El Estado Islámico (EI) reivindicó ayer por segunda vez, a través de su emisora de radio Al Bayan, la matanza que calificó de “incursión de seguridad” en una “concentración de cruzados”, y señaló que Mateen era un “soldado del califato”.

También ayer se dio a conocer el hecho de que durante la masacre, Mateen habló hasta en tres ocasiones con la policía local mientras mantenía retenido a un grupo de personas en un baño del club, según explicó el jefe de la policía de Orlando, John Mina.

Raymundo Socorro, director de la Facultad de Derecho del Miami Dade College (MDC), quien analizó las circunstancias alrededor del ataque, considera que se trata de un crimen de odio en el que resaltan dos aspectos: el homófobo, pues fue dirigido contra el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB), y el ideológico, porque el atacante “juró lealtad” al grupo terrorista EI.

“Los dos conceptos tienen aplicación. Es un crimen de odio, porque el objetivo era la comunidad LGTB y un crimen ideológico de carácter yihadista”, reiteró Socorro.

“Lo importante es que se trata de un crimen contra todo el mundo en Estados Unidos, ya seas judío, cristiano, musulmán o tengas tendencias homosexuales, o lo que sea", destacó el académico, a la vez que resaltó la necesidad de reforzar los equipos de inteligencia y maximizar la colaboración ciudadana para abortar este tipo de actos.

Eric Lob, profesor de Relaciones Internacionales y Políticas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), tiene una opinión similar a la del académico del MDC. Para él, el atentado fue una “combinación” de ambos factores, odio e ideología, “aunque todavía todo es muy reciente para entender completamente qué fue lo que pasó”.

No obstante, insistió en que hay que ser prudentes y “no etiquetar todavía” la matanza que se cobró la vida de tantos jóvenes, la mayoría hispanos, aunque “sí está claro que el objetivo era un club gay y que el atacante tenía potenciales lazos con el EI”, lo que resultó en una “combinación” de “elementos ideológicos” y “crimen de odio” contra los homosexuales. “Pero este acto no representa ni puede ser asociado a lo que hoy es el Islam. Es un asunto complejo”, aclaró Lob.

En tanto, congresistas hispanos condenaron ayer el atentado y pidieron un mayor control de armas en Estados Unidos: “Esto no es sólo un acto de terrorismo, sino también un acto de odio”, señaló el senador demócrata Bob Menéndez, quien consideró que ya es hora de que en Estados Unidos se tenga “un debate honesto” sobre el control de armas.

“Es demasiado fácil en este país para personas que quieren hacernos daño conseguir armas de asalto de tipo militar superpotentes”, dijo Menéndez.

El presidente Barack Obama llegó a declararse cada vez más “frustrado” con el Congreso estadounidense por la ausencia de medidas legislativas “de sentido común” para controlar la venta y posesión de armas de fuego.

Obama aseguró que no existen pruebas claras para afirmar que la matanza estuviera “dirigida” por extremistas ni que formara parte de un plan terrorista de mayor escala.

“Pensamos que es terrorismo e ignoramos el problema que tenemos con las armas”, explicó Obama.

En alusión a las declaraciones de Obama, la aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, consideró que “si alguien está siendo investigado por el FBI, simplemente no debería poder comprar un arma”.

Sin embargo, al iniciar ayer la jornada en Wall Street, los grandes fabricantes de armas de Estados Unidos subían con fuerza: las acciones de Sturm Ruger & Company ganaban 7.46%, mientras que las de Smith & Wesson crecían 6.31%.

En contraposición a los comentarios de Barack Obama y Hillary Clinton, el virtual candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, prometió que, si llega a la Casa Blanca, suspenderá la inmigración procedente de zonas con un historial probado de terrorismo, y urgió a mejorar la inteligencia para detectar a los “enfermos de odio”.

En tanto, las autoridades de EU continúan la investigación sobre los motivos del atentado. De las 49 víctimas mortales, 12 son de Puerto Rico, cuatro de México, una de República Dominicana y otra de Guatemala; 53 personas permanecen hospitalizadas, algunas en estado crítico.

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